La semana pasada miré de nuevo la película Sucedió en Manhattan (2002), protagonizada por Jennifer Lopez y Ralph Fiennes. En ese tipo de películas, las marcas de lujo tienen un canal de publicidad para inmortalizar su nombre y sus productos: las películas románticas con final feliz se ven una y otra vez, no importa el año de estreno.
En ésta, la actriz protagonista inmortalizó el conjunto con abrigo blanco de Dolce & Gabanna: si no te enteraste que era de Dolce es porque te dormiste o escuchaban música con auriculares al mismo tiempo. El fabuloso collar de diamantes Harry Winston, prestado a la cenicienta del Hotel Beresford por la dependienta de la joyería, es lo que más destacaría.
Cuánto más sutil es esa publicidad, más elegante para la firma. En Armas de mujer (1988), la ejecutiva protagonizada por Sigourney Weaver escogía entre sus perfumes el Shalimar de Guerlain para conquistar a Harrison Ford en su papel. Pero el detalle de su tocador era la aparición de la antigua brocha de maquillaje Meteoritos multicolor, ya descatalogada hace tiempo. No se aludió a la brocha en ningún momento pero a las apasionadas de la maison no nos pasó desapercibido.
No sólo en la gran pantalla se pueden encontrar referencias de marcas de lujo, las series de éxito son un escaparate igual de goloso. Me encanta Frasier por la calidad de sus diálogos, argumento y anécdotas. La decoración incluye una réplica del sofá de Coco Chanely su estimado vaso Chihuly con tonos verdes y naranjas. El sibarita descorcha botellas de Dom Pérignon en cuanto tiene ocasión y se emociona (¡y quién no!) con vinos de Burdeos como Château Pétrus o Château Latour.
Soy fan incondicional de la serie televisiva Brothers & Sisters (Cinco Hermanos en España). La elitista firma de marroquinería francesa Goyard eligió al personaje Kitty Walker, protagonizado por Calista Flockhart, como embajadora mundial de su bolso Goyard St. Louis Tote. Esa forma de bolso no me gusta pero sí sus emblemáticas Y impresas en el bolso que lleva colgado la prestigiosa política en la serie.
En todos los capítulos que he visto (que llegan hasta la 4ª temporada) nunca he oído que pronunciasen el nombre de la marca. Pero las fans de Goyard no lo necesitaron: en cuanto apareció el bolso en la serie, un enjambre de damas locas por tener uno se lanzó a conseguirlo en una de sus tiendas. El lujo, ahí donde esté, se reconoce.
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