Casi todos los mortales la vimos por primera vez en el programa de Cuatro 21 días de lujo. Ahora vemos el interior del Hotel Villamagna en detalles, con precisión, recreándonos en las paredes, la cama, las mesas decoradas, los rincones comunes, el lounge, el restaurante al aire libre...
Pero como no podemos vivir siempre en la Suite Royal, os enseño también la Suite Real, la Suite Prestige, Executive, Junior... todas en detalle. Que este es un hotel de lujo, cinco estrellas, y en situado en un enclave perfecto de Madrid, no hay duda. Os cuento además que en los jardines se reunió el COI en su visita a Madrid, y en uno de sus salones del sótano se presentó a las grandes boutiques la Fashion´s Night Out.
Vamos a comenzar por la entrada. Tras su reciente remodelación, puedes estar en la terraza de verano viendo el ajetreo del Paseo de la Castellana, decidiendo si vas al Museo del Prado o al Thyssen, o si prefieres el bullicio de la calle Alcalá. Y si pasas dentro, relax total y lujo en cada detalle.
En el interior, arte en cada rincón: árboles, cuadros, sofás último modelo, mesas, lámparas impresionantes... me gustan mucho las zonas de relax. ¿Habéis visto el biombo en tonos amarillos y azules?
Hay otra zona en tonos negros y blancos, con jarrones de plata y arte abstracto que me he dejado realmente impresionada. Igual antes el Hotel Villamagna era clásico total, pero ahora ha entrado en el mundo del lujo a lo grande, con el arte más vanguardista como en esa lámpara - árbol. Creo que todos podríamos decorar en Navidad como este detalle.
Las habitaciones son muy sobrias, rezuman tranquilidad. ¿Habéis visto el baño con vestidor? Sí, parece que estoy obsesionada, pero esa amplitud es perfecta. Casi todas cuentan con un escritorio de aires clácicos, un par de sofás al lado de la ventana y un sofá enorme que invita al descanso.
La que más me gusta, y que ilustra este post, la Suite Royal. Sí, la vimos en el reportaje de Cuatro, pero en cada imagen de hoy me sorprende más. Desde el olivo en su vitrina, como de exposición pero vivo. Pasando por el piano, ahí está por si quieres tocar o aprender, como sería mi caso.
Los espejos son televisiones integradas, así no se pierde espacio ni las más altas tecnologías entorpecen la tranquilidad de la habitación. El contraste con el amarillo me gusta y me sorprende. De la calidez de los tonos neutros, pasando por el contraste más actual en un tono fuerte.
La terraza no se, se intuye y la recordamos del reportaje. Espectacular, casi tan grande como la habitación. Aunque me quedo con el salón dividido en varios ambientes y la cama king size.
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