De la mano de nuestra compañera Audrey recibimos una imagen de Cate Blanchett que demuestra que aunque la australiana tiene un gusto exquisito, no siempre puede mantenerlo y a veces hasta alguien tan refinado sale a la calle como si no hubiera visto su imagen en el espejo. Lo más triste del caso es que con esto descendió dos puntos en la escala del buen gusto.
Esperando que fuera un caso aislado y que pronto Cate se compre un espejo de cuerpo completo, la vimos asistir a la presentación de la exhibición Screen Worlds: The story of film, television and digital culture en su natal Australia, para ser exactos en Melbourne. La Blanchett escogió un vestido de volante negro en el escote y en el ruedo del diseño, lo cual no estaría nada mal de no ser porque el resto del modelito era de un tejido de pachwork que me recordó a las colchas que hacía mi tía Mary.
Tejida en diversos colores de estambre, esta cobija, perdón vestido intentaba captar la esencia del crochet. No obstante, lo que captó fue el Oeste americano y los tejidos de mi tía abuela. Cate como invitada de honor del evento dejó perplejo a más de uno. Sin embargo, pese al horror del diseño, las medias negras y los peep-toe’s con estoperoles si que eran aceptables.
Foto | Oh No They Didn’t
En Trendencias | Cate Blanchett en Vanity Fair
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