Cuando Sophie Hunter y Benedict Cumberbatch se casaron el pasado San Valentín, uno de los secretos mejor guardados fue el vestido de la novia, que a la entrada de la Iglesia en esa lluviosa tarde de febrero fue tapado por un grupo de personas con sus paraguas. El resultado se debía ver semanas más tarde, en unas fotografías de Annie Liebowitz que Valentino ha compartido en su Instagram.
Con una Sophie Hunter embarazada y poco tiempo para diseñar un vestido de novia. Esas fueron las circunstancias ante las que se encontraron Pierpaolo Piccioli y Maria Grazia Chuiri a la hora de diseñar el vestido de Alta Costura que la directora de cine llevó el día de su boda con Cumberbatch.
Los diseñadores de Valentino realizaron en tiempo récord (3 meses) este vestido Couture. Un diseño en gris perla, con transparencias, estampado floral, manga larga y cuello alto, una pieza que normalmente tarda en hacerse el doble de tiempo. Un reto al que la firma de moda italiana posiblemente se hubiese negado si no fuese por ser el novio quien era y porque Anna Wintour les pidió que lo hiciesen. Tal es el fanatismo de Anna por la pareja que mandó a Annie Liebowitz al atelier de Valentino en Roma para que tomase la instantánea del post. Lo que no consiga la Wintour...
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