María Sharapova no es alguien que suela aparecer en mis posts, ni en los dedicados a la moda o a lo monas que van algunas por la calle o en la alfombra roja. Ella es tenista pero no como lo fuera la barbie pareja de Enrique Iglesias, no pretende ser tan glamourosa pero a veces acierta en el golpe y hace que la bola, amarilla, entre y le haga ganar el partido.
¿Qué es lo que me ha llamado la atención de su look en una presentación a la que ha acudido estos días? Especialmente el toque amarillo neón de los zapatos, un detalle de estilismo que se me antoja perfecto cuando se trata de rematar un vestido provenzal en tejido brillante como el de ella. Mi favorito hasta ahora eran los zapatos rojos con conjuntos blanco y negro pero el detalle amarillo con prendas con las que tiene poco que ver, es también sublime.
Si acaso hubiera de ponerle un pero, éste sería el del bolso. No casa ni con los zapatos ni con el vestido.
Un diez para ti y de paso para el tenista Grigor Dimitrov, espléndido de dandy con su pajarita y su actitud.
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