A estas alturas, todos sabemos que el Brexit, es decir, la salida del Reino Unido de la Unión Europea, es una realidad desde el 1 de enero de 2021 en el que ya es de aplicación el acuerdo de comercio y cooperación alcanzado de 24 de diciembre del pasado año. Sin embargo, siendo francos, hay muchas cuestiones que todavía no tenemos muy claras como, por ejemplo, cómo nos va a afectar a nosotros, los consumidores a la hora de comprar producto británico.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que la salida del Reino Unido de la Unión Europea supone su consideración como un tercer país. Es decir, esto tiene como consecuencia la desconexión total en la aplicación de las normas comunitarias de protección al consumidor a los contratos de compraventa de bienes o de prestación de servicios celebrados entre personas consumidoras residentes en España ( o cualquier Estado de la Unión Europea) y empresarios cuya domicilio social se encuentre en Reino Unido, siendo de aplicación sus normas.
Lo que sí será aplicable será la normativa comunitaria o, en su caso, la ley española, si el residente español contrata en un establecimiento ubicado en España, pero cuyo empresario esté domiciliado en Reino Unido o cuando en este supuesto, dirija su oferta de bienes o servicios, a través de una web, a personas consumidoras residentes en España.
Ello supone, a efectos prácticos, que a partir de ahora, Reino Unido es considerado tercer país para nosotros, de la misma manera que lo es Estados Unidos o China, por ejemplo, y que todo lo que compremos directamente en ellos estará sujeto a unas normas muy diferentes que las que hemos tenido hasta ahora.
Así, la principal consecuencia del Brexit a la hora de adquirir bienes de allí es que, a su llegada a España, todos los productos tienen que pasar por aduanas. Esto supone que, dependiendo casi de la suerte, nos pararán nuestro paquete, en algunos casos nos lo podrían hasta revisar, y en el mejor de los casos podremos recuperar nuestro pedido pagando a mayores entre 30 y 40 euros (esto es el mínimo). Es decir, que al precio de venta, habrá que ir sumando también otro tanto de lo que nos puede costar el paso por aduanas.
Lo normal es que en los precios de compra de los productos no esté incluido el coste de aranceles y tasas, aunque bien es cierto que hay algunas empresas que ya empiezan a hacerlo, ya sea asumiéndolo ellas a partir de ciertas cantidades que gastemos, o que nos propongan pagar ya un poco más de entrada para que al menos nos de la tranquilidad de que no vamos a tener que pasar por el trámite de aduanas nosotros mismos, vamos que se encargan ellos.
También puede darse la posibilidad que, dependiendo de la agencia de transportes que nos traiga el paquete, nos den la posibilidad o no de pagar ya un extra para que sean ellos los que se encarguen del trámite de aduanas, pero en todo caso, ello va a su poner un incremento en los precios y sí, también en los tiempos de recepción.
Hablamos con una compradora de cosmética
Por ello, hemos querido hablar con Alicia, dueña de Attariat, una web de cosmética nicho multimarca y donde encontramos algunas firmas británicas como por ejemplo Evolve. Con ella hemos comentado las consecuencias del Brexit para su negocio y, en definitiva, para el consumidor final.
Alicia es muy rotunda y reconoce que, a pesar de que cuenta en su catálogo con grandes marcas británicas que adora, si una se pone a echar cuentas, no compensa. Y es que esas propias marcas han tenido que subir sus precios en origen, ya que muchos de los ingredientes que incorporan en sus formulaciones los importan, lo que la supuesto que en la producción se les ha encarecido el precio.
Pero es que luego, teniendo en cuenta que la importación a nuestro país de cosmética depende de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, los controles en aduanas son mucho más exhaustivos, ya que como podemos lees en su propia web, "los productos sanitarios y cosméticos que se fabriquen en el Reino Unido y se pongan en el mercado europeo se considerarán productos importados en la UE-27 desde un tercer país. Por lo tanto, a partir de esta fecha, a todas las empresas de nuestro país que adquieran estos productos en el Reino Unido (tercer país) les será de aplicación lo establecido en la legislación correspondiente sobre importación de productos y control de comercio exterior."
Pero es que además, es importante saber que si el producto está fabricado en el Reino Unido, necesitarán contar con la certificación CE y además "la persona responsable será el importador en la UE-27 (por defecto), pudiendo designar por mandato escrito como persona responsable a otra persona establecida en la UE-27. Todo ello afectaría a los expedientes de información sobre el producto cosmético, notificación al Portal Europeo CPNP y al etiquetado. Los importadores que radiquen en territorio español, por otra parte, deberán haber presentado o presentar una Declaración Responsable ante la AEMPS sobre esta actividad."
Así, para empezar, las empresas que compren cosméticos fuera tienen que contar con la Licencia de Importación, además de pagar los aranceles que corresponda en aduanas ya que sus pedidos superan las 135 libras (que es un coste que asumen directamente y bastante elevado), a lo que hay que sumar el adelanto del pago del IVA en ese mismo momento (si no es por suplicado), cobro por parte de sus bancos de comisiones por transferencias, cambios de monedas y demás. Incluso, les pueden abrir totalmente esos pedidos y reclamar una documentación muy extensa y exhaustiva, que incluye desde cartas que indiquen el uso de los mismos, determinación de responsables y hasta el etiquetado final de esos productos o el registro de la propia empresa. "La burocracia en este país es tremenda", según nos afirma.
Según Alicia, en definitiva, va a depender también un poco de la suerte y de la agencia de transporte con la que trabajen y, ahora, va a suponer a mayores un retraso en la recepción de la mercancía, ya que al pararse en aduanas y demás, al final se demoran los pedidos, lo que para ella es un gran inconveniente.
Por lo tanto, los productos que trae de UK ha tenido que subirlos de precio de cara al consumidor, aunque nos comenta que es casi simbólico para evitar la pérdida de clientela. No ha quedado más remedio.
Pero es que esto mismo, nos va a pasar a nosotros como consumidores particulares ya que todos los productos que compremos vía online directamente al Reino Unido, sea cosmética, ropa, o lo que sea, van a pasar por aduanas y que, casi con toda seguridad, va a llevar aparejado un pago de aranceles y un incremento del plazo de entrega.
Qué pasa con grandes cadenas como Asos: hablamos con algunas clientas
Para nosotras, es inevitable pensar en algunas grandes sites de moda y belleza como Asos, que es en los que más nos gusta para comprar. Por ello, no hemos dudado en ponernos en contacto con ellos, sin embargo, no han querido hacer declaraciones.
Por ello, hemos querido hablar con distintas consumidoras, de las que hemos conseguido al menos declaraciones muy positivas. Tanto Anna como Mariana nos comentan que hace cerca de un año ya subieron el gasto mínimo de envío gratuito. Nos indican que antes era de unos 24 euros y ahora es 42 euros, pero que, por su parte, no han notado grandes cambios en los precios de venta, lo que es una buena señal. De hecho, nos indican que con las compras realizadas en este periodo de rebajas, no han tenido ningún problema y han recibido sus paquetes igual que siempre.
Todo ello supone que, de cara a las grandes cadenas, los efectos se notará menos ya que compensan con menos y sin tener que hacer grandes cambios más allá de aumentar un mínimo de compra para evitar los que, por ahora, siguen siendo 6 euros de gastos de envío estándar (mayor si queremos tenerlos antes).
También es cierto que, hace unas semanas leímos cómo Asos va a invertir casi 100 millones de euros en un nuevo centro de distribución, en la ciudad de Lichfield, en Reino Unido, lo que supone que garantizará seguir haciendo su labor de venta de la misma manera que lo hacía antes del Brexit.
En todo caso, como hemos podido saber, se prevé que los gastos arancelarios derivados del Brexit que asuma Asos podrían alcanzar los 15 millones de libras esterlinas (algo más de 17 millones de euros). Tal es así que el director ejecutivo de Asos, Nick Beighton, ya dijo que la compañía se había reestructurado e invertido inteligentemente en su cadena de suministro durante los últimos dos años para prepararse para el Brexit. Eso incluye garantizar que todos sus clientes de la UE reciban el servicio desde un almacén de Berlín.
Sea como fuere, lo que está claro es que el Brexit tiene consecuencias, sobre todo negativas, para todas las partes, principalmente la subida de los precios, costes y tiempos, lo que va a provocar que tanto nosotros consumidores, como aquellos importadores de productos, nos lo pensemos dos veces antes comprar en Reino Unido.
Fotos | @harrods, @libertylondon, @london, Asos