Hace años subirte a una pasarela y ser fotografiada luciendo las prendas de algunas firmas de renombre podía llegar a ser sinónimo de una buena vida, grandes sumas de dinero y miles de fiestas e influencias. Pero esto ha cambiado. Las modelos no cobran millones por desfile como sí hicieron Kate Moss y Gisele Bündchen en su momento (a no ser que seas Kendall Jenner). La mayoría trabaja 24 horas siete días a la semana, no tienen seguridad sobre si contarán con ellas la próxima temporada y además, contraen deudas astronómicas con sus agencias.
Ser modelo no es rentable
Supermodelo es un término que se acuñó hace ya un varias décadas, cuando los rostros de Linda Evangelista o Naomi Campbell dieron lugar a las top models de los 90. Y badaboom, sus fichas subieron como la espuma, sólo firmaban contratos con ciertas marcas y por si fuera poco, no eran modelos, eran famosas.
No obstante, ellas eran únicas. Intocables. No todo en la industria de la moda de aquellos años se movía al ritmo del glamour y la vida non stop de Naomi y cía. También había modelos que, como hoy en día, malvivían gracias a un trabajo que aunque a veces muy reconocido a nivel visual, no les aseguraba unas retribuciones económicas aceptables.
Hoy en día la situación no es mejor, pocas son las modelos que logran siquiera acercarse a lo que un día fue Cindy Crawford. Son muchas, muy jóvenes y aceptan condiciones de trabajo y salariales nada dignas. Binx Walton, por ejemplo, es una de las modelos que puede enorgullecerse de haber subsistido a las subidas y bajadas de la moda. Sin embargo, tras tres años y seis temporadas sobre las pasarelas ha admitido “Mi primera y segunda temporadas fueron las peores. Es como estar en un colegio nuevo.Hay muchos clichés y poca gente en la quien confiar de verdad”.
En muchas ocasiones las cifras percibidas apenas rozan los 400$ por modelo y desfile, o incluso a veces son pagadas con ropa de la marca
En lo económico los problemas no son menores. En plena fiebre de los 90, modelos como Christy Turlington podían llegar a cobrar 100,000$ por un solo desfile y hoy en día algunos rostros conocidos alcanzan los 300,000$ por colgar una fotografía en Instagram. ¿Qué ocurre cuando las modelos son "unas más" de los largos castings de algunas reconocidas firmas?, en muchas ocasiones las cifras percibidas apenas rozan los 400$ por modelo y desfile, o incluso a veces son pagadas con ropa de la marca.
Este hecho viene de la mano de otro más grave aún, muchas de estas modelos contraen serias deudas con sus agencias. Éstas últimas les ofrecen crear sus books, fotografiar sus primeras polaroids e incluso alojamiento en pisos en los que conviven con otras tantas compañeras de profesión, pero esto se paga, y según Ashley Mears, profesora de sociología en la Universidad de Boston, más del 20% de las modelos finalizan las temporadas debiendo dinero a sus agencias.
Asimismo, según la organización sin ánimo de lucro que busca dar voz a las modelos, Model Alliance "las agencias buscan oportunidades de trabajo para las modelos, pero no son responsables de los fracasos de las modelos", además la fluctuación de los proyectos y shows es tal que es imposible predecir unos ingresos mensuales estables para las maniquíes. Por este motivo y por la retención del 20% de todos los trabajos a favor de la agencia representante de la modelo, estas últimas pueden contraer deudas anuales de hasta 400,000$ según un estudio desarrollado por la web.
Pero aún hay más, los pagos son tardíos, si es que llegan. En caso de que el anunciante o firma no pague, el modelo se hace cargo de ello, no la agencia. O lo que es lo mismo, las agencias ingresan una cierta cantidad de dinero en las cuentas de las modelos previo pago por parte del anunciante. No obstante, si este no se llega a producir, las modelos continúan estando obligadas a devolver la cantidad íntegra de la deuda en la que hayan incurrido independientemente de que no perciban su salario, explica Model Alliance.
¿Qué ha ocurrido con las supermodelos?
¿Qué ocurre si por arte de magia logras convertirte en una top? Ocurre lo que le ocurrió a Karlie Kloss, las firmas no te contratan por miedo a que te marques un steal the show en toda regla, o en otras palabras, a que sus prendas queden eclipsadas por tu presencia. Por ello cada vez son más y más las marcas de moda que deciden contratar a nuevas caras cada temporada.
En cualquier momento puedes ser desechada como un simple mondadientes - Binx Walton
“Caras nuevas, caras nuevas cada temporada, tienes que aceptarlo. En cualquier momento puedes ser desechada como un simple mondadientes”, comenta Binx Walton. A lo que Carol White, CEO y fundadora de Premier Model Management, añade “no creo que volvamos a ver jamás unas modelos como las de los noventa. Hoy en día hay modelos con cierto impacto en la industria, pero los nombres de las supermodelos eran algo que hasta el hombre de la calle conocía”
Entonces, ¿qué ha ocurrido con el término “supermodelo” acuñado hace casi 30 años?, hoy en día nadie que no esté medianamente involucrado en temas de moda distingue a Kendall Jenner de entre otras tantas modelos, y el hecho de hablarle sobre Gigi Hadid da pie a miradas de desconcierto. Ya no hay Naomis ni Claudias, apenas nadie trasciende de las esferas de la moda y son muy pocas las que logran hacer mella en la sociedad y crearse un nombre global.
Quizá debamos abrazar el concepto de celebrity-modelo y olvidarnos de lo que un día ocurrió con estas maniquíes en los 90's. La industria ya no paga fichas millonarias por nadie que no posea un apellido conocido.
Foto de portada | Cordon Press
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