En Estados Unidos no hay familia real, así que la boda de la hija única de dos monstruos políticos como Bill y Hillary Clinton, Chelsea Clinton, es lo más parecido a una boda real que puede haber. Y más si vemos el nivel de la boda y el de su vestido de novia, un precioso Vera Wang valorado en unos 20.000 dólares.
El vestido lleva un escote palabra de honor, metros y metros de organza de seda en color marfil, con tul plegado diagonalmente en el cuerpo y un detalle de perdrería plateado en la cintura para resaltar el talle. Un espectacular vestido que contrastaba con la sencillez del recogido en alto, de las joyas e incluso del ramo de flores.
Hay que ver como ha cambiado Chelsea desde sus tiempos como adolescente de indomables rizos cuando su padre ocupaba la Casa Blanca hasta convertirse en la mujer de 30 años que es ahora. Y aunque Chlesea no sea la mujer más bella del mundo, una boda es una boda y siempre nos gusta cotillear cómo es el vestido elegido y poder decir aquello de “¡Qué guapa va la novia!”.
Su madre, la candidata demócrata a la presidencia en las últimas elecciones estadounidenses, se decantó por un vestido en fucsia oscuro de un viejo amigo de la familia, Oscar de la Renta.
La boda se celebró con un reverendo metodista y con un rabino, ya que el novio, Marc Mezvinsky, es judío. Se rumorea que al enlace asistieron numerosos famosos, como Steven Spielberg, Tom Hanks y Barbra Streisand, y altas personalidades del mundo de la política, pero no se tiene mucha más información puesto que la ceremonia se ha tratado de mantener en el máximo secreto y discrección a pesar de ser una boda de este nivel.
Fotos | Instyle
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