Ya son tres los años que lleva Guillaume Henry al frente de Carven. Tres años en los que ha conseguido que una firma solo conocida por su fragancia se haya hecho un hueco en entre los grandes de París y en los que ha conquistado al público femenino con esa obsesión del diseñador por los uniformes infantiles y las parisinas bien vestidas de edad avanzada.
Pero en esta colección primavera-verano 2013 la mujer Carven ha madurado. Ya no le vemos con estampados infantiles sino con prendas más formales, sofisticadas y adultas. La principal característica de los looks del desfile son las aberturas en las prendas, tanto en los laterales como en el vientre y a la altura del pecho.
Para esta colección, Henry dice haberse inspirado en los viajes a la India en el siglo veinte, de ahí que encontremos prendas de aire explorador como son las faldas a la rodilla con cinturones anchos, las bombers y abrigos en verde militar y beige, y por supuesto, algún que otro estampado de inspiración safari.
La parte más sofisticada de la colección la forman los vestidos y las faldas tricolor de seda en color caqui, berenjena y azul marino de hombros estructurados, volantes, y los ya famosos cuellos estilo peter pan de la maison francesa.
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