Una vez más Givenchy consigue deslumbrar en la presentación de su colección Primavera-Verano 2010. Una propuesta diferente a la del resto de diseñadores y con un estilo muy Riccardo Tisci que ha convertido al creador en un diseñador de culto.
Empezando por sus chaquetas en blanco y negro con dibujos geométricos, siguiendo por sus pantalones y monos harem y terminando en sus vestidos tipo túnica griega, todas las piezas enamoran al primer vistazo.
La maestría con la que crea volantes y capas de tela sobrepuestas hace de los vestidos auténticas obras de arte, ya sean en blanco impoluto, en negro gótico o en dulce tono nude.
Atención a los tonos pasteles en limón, que se alejan de cualquier atisbo de ñoñería para envolver el cuerpo de forma delicada.
Los vestidos se rematan con chalecos y con hombreras externas que añaden volumen gracias a los detalles en punto de colores.
La colección también ha hecho un hueco a los estampados geométricos, que dan un sofisticado toque tribal a las prendas.
Puede que Nueva York o Milán decepcionen, pero siempre nos quedará París para volver a creer en la moda como arte.
Fotos | Style
Ver 5 comentarios