Durante los últimos meses nuestras vidas han cambiado de manera que ninguno de nosotros vio venir. Y no solo porque la normalidad global ha sufrido un cambio de 180 grados, si no porque nuestra forma de vida particular también es completamente diferente a cómo era al principio del año.
En muchos casos, hemos empezado a teletrabajar por primera vez. Y, aunque en marzo creíamos que iba a ser temporal, para muchos de nosotros se ha convertido en nuestra realidad a largo plazo. Por ello es posible que necesitemos algo de preparación para adaptarnos a trabajar desde casa.
Monta un espacio de trabajo para ti
Es posible que, al tratarse de una situación temporal, hayas tirado trabajando donde podías. El problema es que trabajar en el sofá, o sentados a la mesa de la cocina no es la mejor solución a largo plazo. Ahora que han pasado los meses y parece que vamos a seguir trabajando en casa, es una buena idea que busquemos una opción a largo plazo.
Es importante, cuando teletrabajamos, mantener el trabajo y el descanso en diferentes espacios. De esta manera no se mezclarán ambos ambientes ni se difuminarán los límites. En casas pequeñas es difícil contar con una habitación solo para poder montar un despacho, pero quizás podamos acondicionar un rincón en algún sitio tranquilo de la casa que sea solo para que nosotros trabajemos.
Márcate unos horarios (y cúmplelos)
Teletrabajar pasa por estar muchas horas conectadas al ordenador y al teléfono. Una de las ventajas de estas herramientas es que las podemos consultar a cualquiera hora en cualquier momento. Pero también es una de las grandes desventajas, y es que nos permiten estar conectados - y localizables - durante todo el día. Desconectar se hace mucho más difícil.
Por eso, si vas a trabajar desde casa a largo plazo, márcate unos horarios - lo ideal sería mantener los que tuvieras en la oficina - y cúmplelos. La idea es no procrastinar o hacer otras cosas que no sean trabajo en nuestro horario laboral. Pero, al mismo tiempo, no seguir conectados y trabajando fuera del horario laboral. De esta manera podremos descansar y ser productivos.
Vístete esta mañana y todas las demás
Los primeros días trabajando en casa podemos pasarlos disfrutando el hecho de trabajar en pijama. Pero, a largo plazo, trabajar en pijama puede acabar logrando que no nos lo quitemos de encima en toda la semana. Podemos estar cómodos, ya que vamos a trabajar en casa, pero lo ideal es ducharnos y vestirnos cada mañana.
Esto hace que cambiemos nuestro escenario mental, pasando de modo descanso a modo trabajo. Además, nos hace sentir más productivos y ayuda a que nos veamos mejor. El pijama solo lo deberíamos usar para dormir.
Asegúrate de seguir saliendo de casa
Una de las cosas que nos ocurre a quienes llevamos mucho tiempo trabajando en casa es que entramos en una especie de inercia por la que, cuando nos damos cuenta, podemos llevar días sin salir de nuestra casa. Que no tengamos que salir de casa para trabajar no quiere decir que no tengamos que salir de casa. Hacerlo nos ayudará a diferenciar entre el momento de trabajo y el de relajación.
Invierte en material adecuado
Durante las primeras semanas de teletrabajo, hacerlo con el portátil viejo que teníamos en casa y una silla cualquiera podía parecer una buena idea. Pero, a largo plazo, acabaremos teniendo dificultades para hacer nuestro trabajo y acabaremos con dolores corporales. Dependiendo de la empresa y el sector en el que trabajemos, lo adecuado será que sea esta la que nos proporcione el material. En otros casos, tendremos que hacernos nosotros con él.
Aunque estés en casa, estás trabajando (las tareas del hogar para otro momento)
Nos ponemos a trabajar en casa y por el rabillo del ojo vemos el lavavajillas sin poner o la cama sin hacer y paramos para hacer estas cosas. Si queremos ser productivos, tendremos que separar la vida laboral de la del hogar aunque trabajemos en casa. Por ello, ponernos un horario y trabajar en este horario sin distraernos con nada más, como lo haríamos en la oficina, es importante.
Las tareas del hogar, la compra y todos los demás recados deberían quedar para antes o después de nuestra jornada laboral. Exactamente igual que haríamos trabajando fuera de casa.
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