El shinrin yoku es una filosofía oriental japonesa que forma parte de un programa de salud nacional creado en el año 1982 en Japón y una manera de combatir los males que aquejan al ser humano en la ciudad, consecuencia de su desconexión con la naturaleza.
Los japoneses llevan utilizando la naturaleza como método terapéutico desde hace miles de años y ahora ha llegado el momento de conocer este secreto y ponerlo en práctica nosotros mismos.
Si lo traducimos literalmente, siendo shirin la palabra japonesa para denominar árboles y significando yoku bañarse o ducharle, el shinrin yoku es el arte de bañarnos en los bosques.
Una filosofía que nos invita a experimentar los efectos curativos y rejuvenecedores de sumergirnos en la Naturaleza. Unos beneficios que no son exclusivos de los bosques, sino que pueden experimentarse en menor medida en un parque urbano o, incluso, introduciendo plantas en casa que nos recuerde nuestra conexión con la tierra.
Según el libro Shinrin yoku. El arte japonés de los baños de bosque, practicar el shinrin yoku no solo nos ayuda a relajarnos y a acercarnos más a la naturaleza, con la relajación y la paz que eso conlleva. También puede ayudarnos a tratar enfermedades como el estrés, la depresión, ayudarnos a reducir la presión arterial, etc.
Estamos hablando de beneficios psicológicos, pero también físicos, según han descubierto numerosos estudios realizados en las universidades de Stanford, Michigan o Bristol, como nos explican los autores, Héctor García y Francesc Miralles, responsables también del éxito de Ikigai: los secretos de Japón para una vida larga y feliz, el libro que divulgaba los secretos de los centenarios japoneses a todo el mundo.
La filosofia Shinrin yoku implica no solo adentrarse en la naturaleza para recibir todos los beneficios de su contacto, también requiere una actitud de escucha hacia la misma. El famoso baño. De esta manera, el caminante que se interna en el bosque saldrá de él transformado y regresará más sereno, equilibrado e, incluso, lleno de buenas ideas.
Aunque en Japón, el país de origen del Shinrin yoku muchas empresas están facilitando una excursión anual a sus empleados, lo ideal sería dar un paseo semanal por el verde para comenzar a sentir los efectos positivos de esta terapia en nuestro salud, algo que se puede hacer también en un parque cercano a nuestra casa o lugar de trabajo.
Además, si además de pasear por una zona verde, intentamos sacarle todo el partido a nuestro paseo, desconectando de la tecnología, respirando profundamente y sintiéndonos en comunión con la naturaleza podremos regresar con el espíritu del bosque, mucho más felices y serenos.
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