Todos hemos conocido o conocemos a alguien que no aparenta su edad. Parecen más felices, saludables y jóvenes que otras personas de su edad por la forma en que piensan, viven y disfrutan de la vida. No entraremos en términos de cómo la genética parece más favorable para unos que para otros, sino en algo que sí está bajo nuestro control: los hábitos que tenemos.
No son grandes cambios los que tendrás que hacer en tu vida para parecer más a esa persona jovial y vivaz que se te viene a la cabeza. Son pequeñas modificaciones que conseguirán grandes resultados y que están avalados por la ciencia.
Usan protección solar todo el año
La cara es el espejo del alma, pero también es el órgano más visible que tenemos y uno de los que más pueden revelar nuestra edad. El fotoenvejecimiento es el proceso por el cual la radiación solar acelera los signos de envejecimiento de la piel. Como bien explica la Dra. Lorena Barboza, dermatóloga de la clínica Corium Dermatology y el Hospital Clínic de Barcelona, los rayos ultravioletas (UV) del sol son perjudiciales para la piel tanto a corto como a medio plazo y son los causantes del 80% de las arrugas de la piel.
Además de limitar nuestra exposición al sol en las horas centrales del día, especialmente de 10 a. m. a 4 p. m., cuando la luz solar es más intensa, es importante que usemos un protector solar tanto en invierno como en verano. Usar un fotoprotector facial que prevenga y repare el fotoenvejecimiento prematuro es un indispensable no solo para evitar los signos de la edad, sino para cuidar nuestra piel y que luzca más radiante y joven.
Siempre están hidratados
Dicen que beber agua te quita años de encima, pero en este caso no hay tantos estudios que confirmen que mejora el estado de la piel. Pero sí sabemos que mantenerse correctamente hidratado es fundamental para la salud. Como bien nos explica el biólogo y divulgador científico Santiago Campillo, “mantener unos buenos niveles de hidratación tiene unas consecuencias inmediatas en nuestro metabolismo ya que es necesaria para el intercambio iónico, para mantener el pH sanguíneo y, de forma mucho más inmediata, para soportar la excreción de manera adecuada”. Es vital para mantenernos saludables y la salud es la mejor manera de mantenernos y parecer más jóvenes de lo que en realidad somos.
Una cosa es beberse dos litros de agua porque es lo que hemos oído que hay que hacer y otra cosa, mantenernos hidratados. Sabemos que las investigaciones insisten en que la ingesta total de líquidos recomendada sería de 3 litros para los hombres y de 2,2 litros para las mujeres al día, pero es importante mantener una hidratación constante, mediante los alimentos o con líquidos y durante todo el día.
Hacen ejercicio
Es uno de los más evidentes, pero no podemos continuar sin él. La Dra. Linda Fried, decana de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia afirma que “el ejercicio es lo más parecido que hemos encontrado a una píldora mágica para combatir los efectos del envejecimiento”.
La Organización Mundial de la Salud recomienda entre 150 y 300 minutos de actividad física moderada a la semana, o entre 75 y 150 minutos de actividad vigorosa a la semana para un adulto. Cabe señalar que los ejercicios de fuerza son especialmente recomendables para mantenernos más jóvenes ya que mantienen activo nuestro metabolismo durante más tiempo, además de ayudarnos a controlar nuestro peso y a mantener la condición física. No solo eso, el ejercicio regular también aumenta los niveles de energía, mejora el estado de ánimo, reduce el estrés y disminuye la ansiedad. Incluso tiene efectos cognitivos porque según este estudio de la Universidad de Canberra practicar 45 minutos de ejercicio suave al menos una vez a la semana mejora la memoria.
Priorizar el autocuidado
Es imposible que nos sintamos bien si no cuidamos de nosotros mismos. Alguien que parece más juvenil de lo que es en realidad es alguien también que se preocupa de cuidarse por dentro y por fuera. Desde Choosing Therapy afirman que el autocuidado reduce nuestros niveles de estrés, nos permite tener mejores relaciones, aumenta nuestra autoestima y nos hace felices. Es en este último punto donde está la clave de todo porque la felicidad es rejuvenecedora.
Comen y duermen bien
Es complicado que alguien que no tiene una alimentación equilibrada y que no duerme bien parezca más joven. Pensemos que la ingesta excesiva de alimentos procesados, azúcar y alcohol, pueden provocar envejecimiento prematuro, y por el contrario, una dieta rica en frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables, personalizada para ti, tendrá todos los nutrientes que necesitas para conseguir energía y tener una buena salud.
Con el sueño pasa algo parecido a lo que ocurre con la alimentación. Como señalan los investigadores, la falta de sueño se asocia con “ojeras, piel más pálida, más arrugas/líneas finas y comisuras de la boca más caídas”. Cuando dormimos, las células se regeneran, los tejidos crecen y se liberan hormonas que contribuyen al crecimiento. En cambio la falta de sueño puede provocar problemas físicos, inestabilidad emocional y de nuevo, envejecimiento prematuro.
Son optimistas
Cuando hablamos de personas que se sienten y se ven más jóvenes, no solo lo hacemos de aspectos físicos, también hablamos de cómo se mueven y cómo se muestran a los demás. Los expertos sugieren que una actitud positiva nos hace más atractivos pero también afecta a nuestro bienestar general y puede llegar a influir en nuestra salud física. Practican la gratitud, encuentran alegría en las cosas pequeñas y mantienen una perspectiva optimista de la vida, y es justo esa positividad que irradian lo que les hace parecer más jóvenes y vitales.
No hablamos de que a estas personas no les pasen cosas malas. Les pasan, como a todos, pero quienes se ven y se sienten más jóvenes tienen una cosa en común y es que cultivan la positividad hasta en los malos momentos y ven los reveses de la vida como una oportunidad de crecimiento.
Pasan tiempo en la naturaleza
Existe un término en japonés que es “Shirin yoku” y que representa justo este hábito del que vamos a hablarte ahora. Es una de las técnicas que usan los japoneses para ser los más productivos del mundo, pero es también una de las técnicas que nos hará realmente felices. Shinrin-yoku se traduce como "baño de bosque" y se trata de pasar tiempo en la naturaleza. Según la regla del 3-30-300, pasar tiempo en entornos naturales tiene importantes efectos en nuestro estrés y salud mental ya que disminuye los niveles de cortisol y además afecta a la memoria y la creatividad.
Pasar 120 minutos a la semana en la naturaleza se asocian con un mayor bienestar, y hay investigaciones recientes que sugieren que pasar tiempo en la naturaleza podría “retrasar el envejecimiento a nivel celular”. Las personas que parecen más jóvenes suelen pasar tiempo fuera de casa y en entornos naturales, lo que les da esa energía que irradian a cada paso.
Fotos | SHVETS production en Pexels, Anastasia Shuraeva en Pexels, Rod Long en Unsplash
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