¿Cuál es el truco o el secreto para ser felices? No lo hay, o al menos es diferente para cada persona. Este matemático chino, por ejemplo, piensa que la felicidad está vinculada con el “tang ping”. Para Aristóteles, “la felicidad depende de nosotros mismos”, y para la novelista francesa George Sand, “Hay una única forma de felicidad en la vida: amar y ser amado”.
Para Cristina y los Stop, si tenías salud, dinero y amor, podías darle las gracias a dios, o quien quiera que nos haya puesto en este mundo. Pero por muy resbaladizo que resulte el término de la felicidad, sí va acompañado de algo muy medible a nivel científico porque desencadena (o se desencadena, mejor dicho), por un proceso biológico con efecto en nuestro estado físico y en nuestro cerebro. Las reacciones químicas que se producen en nuestro cerebro nos provocan felicidad.
Cómo funciona la felicidad en nuestro cerebro
Las emociones tienen su origen en estímulos que provocan reacciones químicas en nuestro cerebro. Y la felicidad es un estado emocional complejo que se acompaña de cuatro químicos de los que te hemos hablado en alguna ocasión: endorfina, serotonina, dopamina y oxitocina. El cuarteto de la felicidad.
Estos neurotransmisores, son mensajeros químicos que transportan, impulsan y equilibran las señales entre las neuronas. Según explica la investigadora Loretta G. Breuning, en su libro Los hábitos de un cerebro feliz "cuando tu cerebro emite uno de estos químicos, te sientes bien. Cada uno tiene un trabajo especial que hacer y se apaga una vez que el trabajo está hecho".
Los hábitos de un cerebro feliz (SALUD Y VIDA NATURAL)
Cómo aumentar las hormonas de la felicidad en nuestro cuerpo
Endorfinas
Las endorfinas son conocidas también como el analgésico del cuerpo. De hecho, cuando se liberan y se unen a los receptores opioides en las células nerviosas, se bloquea o reduce la transmisión de señales de dolor en el cerebro y la médula espinal, lo que promueve una sensación de alivio y placer (Jain et al., 2019).
Un truco para segregarlas: comer comida picante. Según este estudio realizado por la revista científica Science direct cuando comemos picante se segrega una segrega gran cantidad de endorfinas y dopamina, aumentando además los niveles de serotonina.
Lo mismo ocurre cuando vemos películas tristes (como estas películas con las que llorar a gusto), según investigadores de la Universidad de Oxford, entre ellos el psicólogo evolutivo Robin Dunbar.
Serotonina
Es la encargada de regular el apetito y hacer que nos sintamos saciadas, controlar la temperatura corporal y regular también el apetito sexual. La serotonina es conocida como la hormona de la felicidad, porque cuando aumenta genera sensaciones de bienestar, relajación y satisfacción, además de aumenta la concentración y la autoestima.
Para aumentar el nivel de serotonina, según el neurocientífico Alex Korb hay que pensar en recuerdos felices, exponerse a la luz del sol, recibir masajes y hacer ejercicio físico aeróbico, como andar, correr o ir en bicicleta.
Dopamina
La dopamina es una hormona que influye en el comportamiento, la cognición y la actividad motora, pero además se relaciona de forma muy directa con la motivación, la recompensa y las adicciones. Se dice que es la mediadora del placer, y se dispara ya al pensar en cumplir un objetivo.
Una manera de ayudar a que se segregue, es usando nuestro trabajo, por ejemplo, y dividiendo una tarea grande en tareas más pequeñas. Cada vez que se complete la tarea, se segregará dopamina.
Oxitocina
A la oxitocina se le conoce como la hormona del amor porque es cuando nos enamoramos cuando más se libera. En nuestro cerebro ejerce funciones neuromoduladoras que influyen en comportamientos sociales o sentimentales. Es vital si hablamos de felicidad, y podemos liberarla con un simple abrazo, una caricia o dando o recibir un regalo. Y sí, también podemos aumentar sus niveles teniendo un orgasmo.
Cinco hábitos para ser más felices según el National Geographic
El National Geographic tiene también claro que la ciencia puede ser nuestra aliada a la hora de segregar este tipo de neurotransmisores y sobre todo, controlar o “calmar los pensamientos destructivos que aparecen en nuestra mente”, y nos explica qué hábitos debemos tener en nuestro día a día para conseguirlo.
Habla y pon nombre a tus emociones
La amígdala es una estructura localizada en el lóbulo temporal que, según los expertos, está relacionada con el sistema emocional del cerebro. Bien, pues para frenar su actividad y según un estudio publicado en la National Library of Medicine, hay que poner nombre a las emociones. Por este motivo escribir lo que sentimos o hablar sobre ello, nos calma.
Los escritores lo hacen a menudo. Por ejemplo, Francisco Umbral escribió la sobrecogedora Mortal y Rosa después de que su hijo falleciera con tan solo seis años de leucemia. Y lo mismo le ocurrió a Isabel Allende con Paula, que es otro libro de duelo esta vez sobre la muerte de su hija.
Mortal y rosa (Contemporánea)
Tal vez al principio nos cueste, pero resulta liberador y nos permitirá en muchas ocasiones cambiar la perspectiva de lo que nos ocurre. Además, escribir de tus emociones es muy recomendable para desarrollar la inteligencia emocional.
Ten una vida social activa
Ya te lo contamos cuando te hablamos de los hábitos que recomienda la Universidad de Harvard para ser feliz, extraídos después de realizar el Study of Adult Development que comenzó en los años 30.
En el estudio vieron que las personas con más relación con familia y amigos, o mejor dicho, con relaciones de mejor calidad, no solo tenían una vida más larga, sino que gozaban de una mejor salud. Socializar es clave para la felicidad, hasta si somos una persona solitaria por naturaleza.
Haz ejercicio
Ya nos lo dijeron los compañeros de Vitónica: el dinero no da la felicidad pero movernos más en nuestro día sí. El ejercicio físico está relacionado con el bienestar afectivo según este estudio publicado en la revista Science, y este otro estudio demostró que hacer ejercicio al aire libre disminuye los niveles de ansiedad.
El cortisol es la llamada hormona del estrés que entre otras cosas, bloquea la liberación de otras hormonas. Si reducimos sus niveles como pasa con el deporte, permitiremos que se liberan las hormonas de la felicidad.
Uno más: las universidades Oxford y Yale publicaron en The Lancet un estudio realizado a más de 1,2 millones de personas, que demostró que hacer ejercicio físico proporciona más felicidad que la riqueza, porque consigue aumentar los niveles sobre todo de serotonina y endorfina.
Abraza mucho
La psiquiatra Marian Rojas nos explicaba porque los abrazos debían durar al menos 8 segundos. El contacto físico prolongado, como los abrazos, compensan la ansiedad y el estrés, reducen el cortisol en sangre y se aumentan los niveles de oxitocina y serotonina.
Aléjate de la autoconversación negativa
El último de los hábitos que nos recomiendan en el National Geographic ya te hemos hablado de él y es el de alejarnos de la autoconversación negativa. Tal y como nos explica Iria Reguera, psicóloga y redactora jefe de Trendencias “la forma en la que nos hablamos y las cosas que nos decimos afectan a nuestro autoconcepto” y añade que “la forma en que te hablas puede afectar directamente a tu felicidad, a tu autoestima y a tu opinión sobre ti misma.”
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