Parto de la base que no me creo las campañas béneficas del mundo de la moda de altos vuelos, ese que factura al año unos ingresos de 2,7 billones (sí, con be) sólo con una marca, como es el caso de Louis Vuitton, así que mi visión está condicionada a ello, sobre todo a la idea del marketing y su buen posicionamiento por causas sociales de cara al público.
De ahí que cuando veo retratada a Naomi Campbell, una de las modelos con mejor cuenta corriente y estatus en la moda, en una magnífica postal con París al fondo (Torre Eiffel incluida), con un chaleco de piel y un bolso de Louis Vuitton magnífico colgado al hombro (horrible la correa), pues me produzca mas risa que otra cosa.
Y luego, por mucho que me quieran vender la categoría de Naomi Campbell como Embajadora global de la White Ribbon Alliance for Safe Mothergood (WRA), una organización para proteger a las mujeres en los partos y evitar su muerte, entre otros objetivos muy loables, y que hizo una visita a los cuarteles centrales de Louis Vuitton en París (de ahí las grandes vistas) para elegir un bolso que será puesto a la venta mediante una subasta, de fines caritativos el 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer), el contexto y la intención permanecen ahí.
Esto no es sólo moda, es también una venta de ideales y a veces fallan los engranajes (sobre todo ese chaleco de piel).
Fotos | The Fashion Spot
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