Salir a caminar siempre es una gran opción a la hora de iniciarse en las rutinas deportivas. Un hábito saludable que favorece innegablemente la salud de nuestro cuerpo, y es que una caminata de media hora diaria puede convertirse en tu gran aliado si quieres apostar por un estilo de vida saludable, donde más allá de una dieta equilibrada, por supuesto hay cabida para el deporte.
Aunque muchos tienden a infravalorar la idea de salir a caminar, lo cierto es que los beneficios de dicha actividad física son más que evidentes, de ahí que sea una de las primeras opciones a las que acudimos cuando decidimos ponernos en forma poco a poco. Una actividad que podemos hacer en compañía, algo que siempre es un plus, así como disfrutar de ella sin tener que acudir al gimnasio.
La caminata hidroeléctrica
Se trata de una apuesta por caminar por rutas y senderos que presenten zonas con agua. Para ello los espacios predilectos son lugares con poca profundidad como los ríos o arroyos. Un ejercicio cardiovascular ideal para andar con o sin rumbo que nos invita a alejarnos de la prisa y el ruido de las grandes ciudades para disfrutar de un entorno más apacible mientras hacemos ejercicio.
Beneficios de la caminata hidroeléctrica
La notable fijación en los últimos meses sobre esta disciplina se debe a que según un estudio científico, la caminata hidroeléctrica favorece más la pérdida de peso, ya que al exigir más fuerza hace que se quemen más calorías y que los músculos estén más fuertes, destacando los de las piernas y la zona del core. En otra investigación sobre las respuestas fisiológicas y biomecánicas en este tipo de caminatas se concluye que el gasto energético y la demanda cardiovascular que tiene lugar durante la caminata hidroeléctrica es mayor en comparación con la caminata en tierra seca.
Y es que no solo nos ayuda a nivel físico, sino que además nos da un empujón extra hacia la desconexión mental gracias al entorno envuelto por naturaleza que nos invita a olvidarnos del estrés de la rutina. Tampoco hay que pasar por alto que cualquier ejercicio llevado a cabo sobre el agua requiere de más fuerza, algo que posteriormente se verá reflejado en una mayor resistencia.
Este ejercicio cardiovascular de bajo impacto obliga además a trabajar el equilibrio del cuerpo ya que la irregularidad del terrero en el que se aconseja su práctica hace que nos esforcemos más cuando toca centrarse en coordinar el cuerpo, aumentando el flujo sanguíneo y la oxigenación de los tejidos y favoreciendo a su vez la circulación de nuestras piernas.
A la hora de poner en marcha la caminata hidroeléctrica, es importante ir equipado para la ocasión y contar con calzado antideslizante y apto para el contacto con el agua, evitando así posibles resbalones, torceduras u otro tipo de lesiones que puedan llegar a ser resultado de caminar por zonas mojadas.
Fotos | cottonbro studio en Pexels
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