Al igual que nuestro cuerpo va cambiando con el paso de los años, las rutinas de deporte se van modificando a la par con ellos. Solemos relacionar con edades que pasan de los 50, deportes más pausados como salir a caminar, así como entrenamientos para tonificar y desarrollar la fuera a través del pilates y el yoga, descartando en varias ocasiones otras opciones de ejercicios cardiovasculares más intensos.
Bien es cierto que aunque muchos tiendan a optar por rutinas de cardio, es esencial trabajar la fuerza del cuerpo para evitar una pérdida notable de masa muscular que luego pueda acarrear problemas a la hora de desarrollar las actividades cotidianas del día a día, como subir escaleras o andar. Y es que es evidente que el deterioro muscular se va a dar tarde o temprano con la edad, pero también es cierto que se puede ralentizar a base de ejercicios de fuerza.
Ante la duda de a qué tipo de ejercicio físico debemos recurrir una vez pasados los 50, hemos buscado la respuesta en las investigaciones científicas llevadas a cabo por el National Institute of Ageing (NIA) estadounidense, donde se insiste que no es necesario levantar 120 kg de peso para beneficiarnos de todo lo que nos ofrecen los entrenamientos de fuerza.
Desde el NIA anotan también que a partir de los 70 se calcula que el 30% de los adultos ya han empezado a tener ciertos problemas con actividades como caminar o subir escaleras, todos ellos asociados con la posible pérdida de masa muscular, también conocida como sarcopenia. De ahí que los ejercicios de fuerza sean un must en estas edades.
En busca de este tipo de actividades de fuerza por las que poder decantarnos a partir de los 50 pero sin comprometer nuestra salud, el yoga, el pilates o el tai chi, se posicionan como las favoritas para trabajar los músculos sin tener que recurrir al levantamiento de pesas de demasiados kilos, además en estas disciplinas también se trabaja el equilibrio y la elasticidad, todo un plus en dichas edades.
Por otra parte, aunque los entrenamientos de fuerza estén muy presentes en las rutinas de ejercicios, no hay que olvidarse del cardio, que también es esencial en dichas edades. No tenemos por qué recurrir únicamente a las caminatas, sino que también el running es una gran opción, así como la natación o el baile. Ideal para cuidar nuestra salud cardiorespiratoria aumentando el flujo de oxígeno en nuestro cuerpo, algo que podría ayudar a reducir el riesgo de padecer ciertas enfermedades.
Pero entonces, ¿cuál de las dos opciones es la mejor? La ciencia insiste en que si no se da ninguna enfermedad concreta, lo ideal es poder combinar tanto ejercicios de fuerza como entrenamientos de cardio para que podamos beneficiarnos de todo lo bueno que nos ofrecen los distintos ejercicios. Y es que como insiste la NIA, un tipo de ejercicio no está reñido con el otro, de hecho son cada vez más los que apuestan por deportes como el rucking, una práctica que consiste en añadir a nuestros paseos, un chaleco con peso para integrar esa dosis de fuerza en nuestro tiempo de cardio.
Fotos | Antoni Shkraba en Pexels, Mikhail Nilov en Pexels
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