Cada vez que se anuncia una temporada de Los Bridgerton, una de las mejores series de Netflix, la locura se desata. De repente queremos hacer un viajito en el tiempo y terminar en la Inglaterra del siglo XIX. Eso sí, en las condiciones que se ven en la serie de ficción y con la posibilidad de que el vizconde Anthony Bridgerton pueda enamorarse de nosotras.
Sin embargo, hay una película de época que nos fascina infinitamente más que la serie y que nos lleva obsesionando desde hace 19 años: la adaptación de la novela de Jane Austen Orgullo y Prejuicio de 2005 que puedes ver en la misma plataforma, una obra de Joe Wright, encargado también de rodar Expiación, una de las mejores películas románticas de todos los tiempos, y que al igual que esta está protagonizada por una brillante Keira Knightley.
El éxito de Orgullo y Prejuicio en 2005 y ahora
El libro de la escritora británica y el film de Wright cuentan la historia de las hermanas Bennet centrándose en especial en Lizzie (Keira Knightley). La vida de la familia, que por supuesto vive en una mansión inglesa de la época, da un giro cuando llega un nuevo vecino, Mr. Darcy (Matthew Macfadyen), que de forma obvia se convierte en el candidato ideal a marido para los padres de las Bennet.
Sin embargo, esta insistencia choca en especial con Lizzie, una chica atípica de la época que destaca por su inteligencia, independencia y fuertes convicciones sociales, lo que se convierte en un problema cuando va descubriendo los sentimientos que va desarrollando hacia el recién llegado, que además es una persona un tanto difícil de decodificar.
En Orgullo y Prejuicio se entremezclan el romance, con la crítica social y el humor y aunque la novela está escrita a comienzos del XIX muchos de los problemas que plantea siguen siendo de máxima actualidad, de ahí que la película triunfase también tanto en su momento y que lo siga haciendo ahora, algo que tiene además mucho que ver con el hecho de que fuese escrita por una mujer, plasmando ese concepto de la female gaze, que es lo que hace que nos siga enganchando en el presente y lo que en parte ha conseguido el triunfo de Los Bridgerton.
Las mujeres heterosexuales o bisexuales no necesitamos ser sumisas para gustarles a los hombres, no tenemos que renunciar a nuestra personalidad para conseguir estar con la persona que ansiamos y si es así, es que esa no es nuestra persona.
No tenemos que convertirnos en una pick me girl de manual, un personaje que hemos visto en cientos de películas a lo largo de la historia, algo que sucede por ejemplo en parte con el personaje de Megan Fox en Transformers, que al margen de la cuestión del físico responde a una serie de características que la hacen deseable desde la visión masculina para el hombre.
Aparte de todo esto, Orgullo y Prejuicio, el film, es una cinta exquisita a nivel estético, tanto por el vestuario, maquillaje y peluquería, así como la fotografía, decorados y paisajes que plasma con mucho gusto el director y su equipo, lo mismo que sucede en Expiación.
El largometraje de 2005 estuvo nominado a los Oscars en cuatro categorías: Mejor Actriz (Keira Knightley), Mejor Banda Sonora, Mejor Dirección de Arte y Mejor Diseño de Vestuario. Igualmente optó a dos Globos de Oro y a seis Premios BAFTA.
Fotos | Universal Pictures/Netflix
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