‘La última noche en Tremor’ ha sido el último el último bombazo español de Netflix. Tanto que hasta mi mejor amiga, que no es fan de las series españolas, ha terminado por verla y por recomendármela. Personalmente me he puesto a verla porque está protagonizada por mi queridísimo Javier Rey, uno de los hombres más guapos del mundo y uno de mis actores favoritos. Junto a él, la fantástica Ana Polvorosa además de Pilar Castro, Willy Toledo o Josean Bengoetxea entre otros.
Esta miniserie de ocho capítulos se estrenó el pasado 25 de octubre y está en el top de lo más visto de la plataforma desde entonces. Es un thriller psicológico, creación de Oriol Paulo y basado en el best seller de Mikel Santiago, ‘La última noche en Tremore Beach’. Ni que decir tiene que Rey y Polvorosa están de diez, pero no venimos a hablarte de la serie, al menos no solo de ella.
La sinopsis nos habla de un músico y compositor en crisis que se retira a un pueblo costero del norte para terminar su última obra. Los únicos vecinos en kilómetros a la redonda son un matrimonio que vive en la casa de al lado. Después de un grave accidente durante una tormenta, el músico comienza a tener visiones terroríficas sobre sus vecinos.
Pues bien, de ese pueblo costero del norte al que escapa el protagonista es de lo que te vamos a hablar.
El encanto de Puerto de Vega que hemos descubierto gracias a Netflix
Aunque en la serie se llama Tremor, lo cierto es que no es un pueblo real. Pero lo que sí es real es el maravilloso pueblo pesquero donde se ha rodado la serie: Puerto de Vega. Está a solo una hora de Gijón y Oviedo y es un precioso pueblo marinero en Asturias que nos ha enamorado perdidamente.
Puerto de Vega, situado en el concejo de Navia, “encarna el romanticismo en la costa occidental asturiana”, como explica la web de Turismo de Asturias. Con unos alrededores de una belleza espectacular debido a la naturaleza que le rodea, Puerto de la Vega es Pueblo Ejemplar de Asturias desde 1995 y esconde una riqueza patrimonial e histórica debido a su origen ballenero y esos aires indianos del occidente asturiano en el que no faltan las grandes quintas indianas con sus jardines, las casas-palacio y las casonas típicas asturianas. Un puerto lleno de vida completan la estampa bucólica que nos invita a zambullirnos de lleno en sus costas.
Aunque el protagonista de la serie no esté viviendo su mejor momento, lo cierto es que llegamos a olvidarnos cuando Netflix nos muestra imágenes tan bonitas de este pueblo o de la playa de Frexulfe. Empezando por el puerto, punto de partida perfecto si quieres hacer una escapada para conocerlo. Un ambiente marinero con casas de colores y los pequeños barcos que vienen y van para faenar. Al atardecer, las vistas son aún más impresionantes si está el cielo pintado de nubes. El Casco Antiguo, el Paseo del Baluarte y el Mirador de la Riva son un imprescindible.
No te olvides de visitar el Museo Etnográfico Juan Pérez Villaamil, para conocer la vida de los pescadores y campesinos asturianos, la iglesia de Santa Marina de estilo neoclásico y alguna ruta de senderismo como la ruta de las Hoces del Esva que acompaña al río mientras caminas por un sendero lleno de vegetación.
Y mientras piensas en qué fin de semana te vas a escapar a probar sus pescados, salazones y mariscos, disfruta de lo que ‘La última noche en Tremor’ nos enseña de este rinconcito de Asturias que Netflix ha descubierto para nosotros.
Fotos | La última noche en Tremor (Netflix), Turismo de Asturias
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