5 razones por las que flirteamos y no tienen nada que ver con el sexo

5 razones por las que flirteamos y no tienen nada que ver con el sexo

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5 razones por las que flirteamos y no tienen nada que ver con el sexo

El pavo real que despliega su cola de vivos colores para captar la atención de las hembras, la danza seductora de un caballito de mar antes de aparearse, el compañero de oficina tiburón que merodea en círculos alrededor de su conquista como si esta fuera una más de sus presas…

Es una lástima que a los humanos no nos resulte tan fácil reconocer y etiquetar nuestro propio sistema de cortejo como al resto de las especies. ¿O alguien se para a comprobar si a su atractivo vecino se le dilatan las pupilas cuando se encuentra con él en el ascensor?

Flirteo En Ascensor

El primer problema que nos encontramos cuando alguien flirtea con nosotros es justamente ese, saber interpretar correctamente las señales que el otro nos envía: miradas, sonrisas, postura corporal… Pero además, la conducta del seductor puede resultarnos tremendamente confusa, especialmente si juega al despiste: un día te cubre de halagos mientras charláis y al siguiente finge que no existes.

Heychicos

Y, a veces, la propia confusión que despierta en nosotros es la culpable de que haya captado nuestra completa atención: ¿le gustaré? ¿o serán imaginaciones mías? Si le gusto, ¿qué siento yo por él?

Y si vamos todavía más lejos, también el seducido puede servirse de esa ambigüedad durante el flirteo para a conseguir otros objetivos que poco tienen que ver con el romanticismo.

En otras palabras, el juego de seducción parece una partida de póker donde ambos jugadores van de farol.

Cara De Poker

Flirteo instrumental

Asociamos coqueteo con seducción y seducción con sexo; sin embargo, mantener relaciones sexuales es uno de los tantos objetivos que nos mueven a la hora de flirtear, fue la conclusión a la que llegó David Henningsen,) profesor de la universidad de Illinois, tras estudiar las motivaciones que escondemos a la hora de ligar.

El experto en comunicación descubrió cinco objetivos encubiertos durante la seducción, con fines distintos al emparejamiento, y que él mismo etiquetó como “flirteo instrumental”:

1. Flirtear nos sube la autoestima

La aprobación social es uno de los refuerzos más valorados para los humanos y el juego de la seducción se rige por ese sistema de recompensas. Cuando invertimos tiempo y esfuerzo para conquistar a nuestro objeto de deseo y éste acaba correspondiéndonos con un ME ENCANTAS entre miles de corazoncitos flotando, ¡boom!, recibimos la mejor de las recompensas y el consecuente “chute” de autoestima. Nos sentimos más atractivos que nunca, especiales, interesantes… un dechado de virtudes, vaya. De ahí que algunas personas coqueteen con diestro y siniestro, independientemente si fulanito les gusta o no, y con el único aliciente de alimentar su propio ego.

Alfie

2.Por el mero placer de jugar

Pensemos en la figura del Casanovas o, ya que lo tenemos cerca (un párrafo arriba), recordemos el pasado amoroso de Jude Law. O en todas esas ocasiones que después de muchas idas y venidas, flirteo por aquí y flirteo por allá con alguien, una vez ganada la conquista, perdemos toda la ilusión.

¿Por qué sucede esto? Según el estudio de Henningsen, para la mayoría de nosotros flirtear es divertido: un juego emocionante. Y cuando el flirteo es tomado como eso, un simple juego, terminada la partida, lo más probable es que el jugador pierda el interés. Un nuevo trofeo para guardar en la vitrina. Siguiente round…

Flirteo En Tu Eres Lo Peor

3. Para ganar terreno con un amigo

Creemos que de una estrecha amistad es complicado que nazca un romance. Sin embargo, la probabilidad de que surja una fuerte atracción entre dos personas que comparten tiempo y aficiones es mayor que en dos extraños que se cruzan por la calle. De hecho, un estudio psicológico publicado por la Journal of Social and Personal Relationship en el 2012 demostraba que en las relaciones de amistad entre hombre y mujer siempre existe un nivel mínimo de atracción sexual. Y en estos casos, cuando nos descubrimos mirando a nuestro amigo “con otros ojos”, utilizamos ese “supuesto” inocente flirteo para ganar intimidad. Eso sí, lo suficiente discreto para no poner en riesgo la amistad.

Solo Amigos

4. El flirteo como preview de la relación

El intercambio de coqueteos nos ayuda a sopesar las posibilidades de conquista sin mostrar por completo nuestras cartas. Sería parecido a pasar un test previo al otro antes de mostrar nuestros sentimientos. Este es uno de los motivos por el que enviamos señales ambiguas al otro o tratamos de despertar sus celos para poner a prueba su interés. Por otra parte, esta avanzadilla que conseguimos a través del flirteo nos ayuda a ganar complicidad, valorar si somos compatibles y ajustar nuestras estrategias seductoras durante el cortejo.

Rachel Y Ross Friends

5. Para persuadir al otro de que haga algo por nosotros

Aquella antigua amiga de la facultad —muy mona, muy encantadora, muy de todo— que siempre conseguía evitar las colas del autobús porque uno de sus admiradores terminaba llevándola en coche de vuelta a casa; el compañero que pone ojitos a la secretaria para que le pase material de oficina fuera de su horario…

Lucy Liu Ally Mcbeal

Henningsen nos advierte que el flirteo instrumental de esta guisa es el más peligroso porque además de ser el más condenado socialmente, también suele darse con frecuencia en lugares de trabajo y podría confundirse con interés sexual o acoso. En fin, para flirtear no basta sólo con saber el cómo se hace: también es importante elegir muy bien el dónde y el cuándo. De los objetivos que persiga cada uno, allá cada cual con su conciencia.

Flirteasconmigo

Fotos: giphy.com, Eres lo peor, Alfie, Solo amigos, Friends, Ally McBeal

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