Nadie nace siendo adivino. Para que una relación funcione (especialmente a largo plazo) es fundamental ser clara y hablar abiertamente. Y con el sexo pasa lo mismo: es necesario que "aprendamos a comunicar las preferencias sexuales de cada uno".
Así lo asegura la psicóloga Elena García Vega, quien afirma que "es igual de importante ‘qué’ decimos que ‘cómo’ lo decimos". Por eso, y para que además de crear una mayor confianza comencemos a superar tabúes o límites por falta de experiencia, seleccionamos de la mano de dos expertas las recomendaciones más eficaces para comunicar (sin remordimientos) todo lo que nos gusta y lo que no en la cama.
Sé clara (y explícita) desde el principio
"Las bases se asientan desde el principio", asegura García Vega. Si acabáis de empezar (o apenas lleváis unos meses), este es el momento idóneo para que vayas poco a poco aconsejando a tu pareja sobre lo que te divierte y te horroriza bajo las sábanas.
“Por lo general, presuponemos que la gente sabe qué queremos, qué necesitamos”, comenta Logan Levkoff, educador sexual de Nueva York. Por el momento, tu compañero/a de cama no tiene la varita mágica ni puede concederte ese deseo a menos que lo expliques en voz alta.
"No tengas miedo, al revés. Piensa en todo lo que podéis construir juntos y en lo que habréis ganado en unos meses", asegura la experta. Es cierto que por desgracia nadie nos enseñó desde pequeños a comunicarnos en este área, "pero ahora tienes la oportunidad de hacerlo e incluso de que aprendáis juntos".
Si estás en una relación larga, nunca es tarde para cambiar las normas del juego. "Este tsunami sexual os ayudará a explorar nuevos horizontes y a recuperar esa llama que habíais perdido por culpa de la rutina. Si no estás satisfecha, comunícaselo con respeto y amor", añade la psicóloga.
Y nos recuerda: "No empieces una conversación sin tener las ideas claras ni abras varios frentes a la vez". Si crees que podría costarte demasiado, practica antes de hablar o incluso toma notas en un papel para ordenar tus ideas.
Fuera la vergüenza
Según el barómetro Aquilea Vigor, casi el 40% de las parejas afirma estar insatisfecha con la calidad de su vida sexual. ¿Qué podemos hacer que esté en nuestra mano para cambiarlo?
La vergüenza es otro de los factores que puede limitarte. No dejes que esto ocurra y vence tus miedos. "¿Por qué tener vergüenza en el sexo? No hay límites, se trata de que ambos disfrutéis lo máximo posible", nos explica R. Botín, psicóloga y psicoterapeuta. Deja el juicio atrás y síncerate. Si no hablas, ¿cómo pretendes que te entienda? Y si te parece ‘misión imposible’, prueba a escribirle una carta.
Cuida el lenguaje y no juzgues
No quieres hundirlo, sino mejorar vuestra relación. "Explícale lo que necesitas, pensando cómo te gustaría que te hablasen a ti", aclara Botín. Lo mejor que puedes hacer cuando le pongas una ‘pega’ es "comenzar ensalzando alguna de sus múltiples virtudes en la cama". O dicho de otra forma, convierte lo negativo en positivo. Ejemplo: “Me encanta cuando haces X, me siento en el paraíso pero no me gusta cuando haces Z. Podrías probar a cambiarlo por C la próxima vez. Disfrutaría mucho más”.
¿Recuerdas la declaración de amor de Mark Darcy a Bridget Jones? Sólo se salió bien a él... pero si eres capaz de insultar de esta manera, adelante. Eso de "no creo que seas idiota. Bueno, sí que hay ciertos aspectos rídiculos en ti. Tu madre es muy interesante. Y realmente eres una oradora terriblemente mala y sueles soltar lo primero que se te viene a la cabeza sin tener en cuenta las consecuencias (...) Pero lo cierto es que me gustas muchísimo tal como eres"... Chapó.
No utilices amenazas
No recurras a comentarios del tipo “Si esto no cambia…”. Sólo añadirás más presión y "corres el riesgo de abrir una herida irreparable y llena de reproches entre vosotros", nos explica García Vega, y apunta que es fundamental dejar de lado las amenazas y hablar desde el amor y el respeto mutuo.
Habla siempre en primera persona
"No se comenta, no se pregunta, no hay 'feedback'. En el fondo existe miedo, no se sabe cómo plantear el tema", señala Hector Galván, psicólogo, sexólogo y director del Instituto Madrid de Psicología y Sexología.
“Yo necesito”, “me gustaría”, “esto me excita”... son algunos de los comentarios en primera persona que ayudarán a que entienda tus necesidades. "Hablar con una versión global o en tercera persona pierde valor, sobre todo para ti", expone Botín. Créete lo que dices. Te harás un favor a ti misma.
Encuentra el momento idóneo
Busca un momento en el que estéis relajados y tengáis tiempo. Asegúrate de que digiere lo que expones e incluso planea un nuevo encuentro si notas que le ha pillado desprevenido/a esta conversación.
Regálale libros sexuales
Aunque sea el mejor amante sobre la faz de la tierra. Le sacará aún más partido a sus virtudes… y aprenderá otras tantas que no sabía ni que existían. "Los juguetes sexuales, objetos que favorecen las relaciones eróticas, aumentan la complicidad de la pareja y rompen la monotonía. Las texturas y los olores son estímulos que pueden favorecer el erotismo y el deseo, sin olvidar los lubricantes de sabores, frío o calor, que aportan un plus de novedad", recomienda la psicóloga Francisca Molero Rodríguez, codirectora del Institut de Sexologia de Barcelona.
La comunicación no verbal importa
“Si no te sientes cómoda verbalizando determinadas cosas, la comunicación no verbal puede ser una forma efectiva de expresar tus preferencias e incitar a tu pareja a hacer unas cosas más que otras. Por ejemplo, emir o gruñir durante el sexo puede servir como refuerzo positivo para tu pareja, que sabrá que tiene que continuar haciendo lo que hacía y volver a intentarlo en el futuro”, explica Justin Lehmiller, psicólogo social, escritor e investigador sexual, en su obra 'Tell Me What You Want' ('Dime lo que quieres').
Conoce su cuerpo (y el tuyo)
Botín recalca que otro aspecto importante a tener en cuenta es que ambos sepáis cuáles son "vuestras zonas más erógenas, qué os hace obtener mayor placer, vuestras limitaciones… Parece una obviedad, ¿no?". Pues te sorprenderías viendo cuántas parejas que llevan incluso décadas no sabrían contestar estas cuestiones sobre el otro.
Aprende de tus errores
De los errores se aprende. Si te has sentido incapaz de hablar por vergüenza, si no encontraste el momento idóneo y le juzgaste sin darte cuenta… es el momento de hacer balance y resetear. ¿Y qué mejor momento que empezar el año con pequeños cambios? Plantéatelo. ¡Estás a tiempo de tener una vida sexual maravillosa!
Fotos | 'Cuando menos te lo esperas' (2003)|Pexels|'Book Club' (2018)