Cómo practicar el beso negro y qué precauciones tomar antes de ponerte manos a la obra

Esta práctica sexual se ha puesto especialmente de moda entre la Generación Z, y te contamos todas las claves para que disfrutes al máximo de ella

Como Hacer Un Beso Negro
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El placer encuentra en el cuerpo humano tantas formas como moléculas lo forman. Podemos encontrar placer en una fantasía sexual, en una nueva postura o en una práctica diferente a la que ya conocemos.

Te hemos hablado de BDSM y hasta te hemos explicado cómo masturbar a tu pareja para que alcance un orgasmo con mayúsculas y que la masturbación sea también cosa de dos. Ahora seguimos explorando el cuerpo con una práctica que quizá aún no has probado: el beso negro.

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Qué es un “beso negro”

Quizá has llegado hasta aquí tratando de descubrir qué demonios es el beso negro, así comenzaremos por explicarlo de una forma sencilla. El beso negro, rimming o anilingus es una práctica sexual en la que con la boca y la lengua se da placer a una zona del cuerpo: el ano.

No dejes de leer, que los prejuicios no te corten el rollo esta vez. Es una práctica dentro del sexo oral (ese que tanto nos gusta) solo que en una zona en ocasiones inexplorada. Y es que el ano es una zona llena de sensibilidad y con muchas terminaciones nerviosas (sobre todo en la parte exterior) que pueden darnos mucho placer.

Lo malo del culo es que además de terminaciones nerviosas, está llenito de tabúes. Nadie debería sentirse mal por atreverse a explorar el cuerpo, y en este caso si queremos que nos guste, deberemos dejarnos llevar y quitarnos todos los prejuicios que podamos tener antes de empezar. Y si por el contrario no queremos, tampoco pasa nada.

Como ocurre con esta práctica, que se ha puesto muy de moda, debemos hacer caso a lo que la sexóloga Mamen Jiménez nos decía cuando hablaba del sexo anal: “como todo en el sexo, por favor, ha de hacerse desde la libertad y la apetencia”, tanto de quien recibe como de quien lo hace, y solo practicarlo si realmente nos apetece hacerlo.

Beso Negro

Qué hacer antes de un beso negro

La zona anal no es solo una zona sensible, es también una zona que puede tener bacterias, por lo que la higiene es esencial. Antes de practicarlo, lo mejor es limpiar la zona externa con agua y jabón.

No es necesario una lavativa o una ducha anal como podría ser en el caso del sexo anal (que no es imprescindible como ya nos dijo la sexóloga en su día), pero si hace que te sientas más cómodx, no te cortes y hazte una en casa con un enema.

Precauciones Antes De Hacer Un Beso Negro

Para la persona que va a dar placer un consejo vital: protégete. El ano es una zona… digamos de salida, así que aunque tu compi de juegos se haya lavado bien, es imprescindible usar protección para evitar coger una infección por posibles bacterias. Tienes dos opciones: usar un preservativo normal y corriente (lo cortas con una tijera a lo largo y así te queda un trozo de látex como en forma rectangular que pondrás sobre el ano) o usar una barrera de látex como estas de sabor a vainilla.

Las barreras de látex (una especie de "lámina" rectangular que se coloca sobre el ano o la vulva) están recomendadas para proteger de enfermedades de transmisión sexual como herpes genital, clamidia, sífilis, gonorrea o el VIH en las relaciones de dos personas con vagina, por ejemplo, o para protegernos durante un cunnilingus además de durante un beso negro.

Si la cosa aún no te convence, porque eso de meter la boca no termina de ser para ti, puedes probar a usar algún gel de sabores o lubricante de sabores para mejorar tu experiencia dando placer, aunque ojo, elígelo que sea comestible como este con sabor a cereza porque no todos los lubricantes lo son y cada uno tiene un uso diferente.

Antes De Hacer Un Beso Negro

Cómo hacer un beso negro

Como con otras experiencias sexuales como el pegging o el sexo anal, es importante siempre y antes de hacer nada, que estemos de acuerdo con nuestra pareja y que si en algún momento resulta molesto o no nos gusta, paremos.

El primer consejo te le daríamos ante cualquier práctica sexual, sea la que sea. Desde hacer sexting, practicar sexo en la piscina o hacer un beso negro: no entres a fuego y ve despacio. Tómatelo con calma y si lo estás recibiendo, déjate llevar. Movimientos suaves cerca del ano, caricias con la lengua y mucha suavidad. Mucha.

Piensa en como te comerías una vulva. Sus zonas erógenas van más allá del clítoris, y con el ano ocurre exactamente igual. Da placer primero alrededor y lentamente antes de meterte de lleno con el punto clave. No es necesario (ni recomendable) tocar el ano desde el primer segundo, mejor ir despacio y poco a poco para que tu pareja de juegos se sienta cómoda y el placer vaya in crescendo.

Una vez que la cosa comienza a ponerse a tono, realiza movimientos circulares y combínalos con movimientos arriba y abajo, más y menos profundos, como si estuvieras comiéndote un coño, lo que ahora llaman un delicioso.

Es importante también tener especial cuidado la zona, así que los mordisquitos siempre con precaución. Y siempre, siempre, comunicándonos. En el sexo hablar es importante pero en este caso concreto, más aún porque es una zona más delicada.

Sexconsejo: olvídate de querer follarte el culo con la lengua. La mayoría de las terminaciones nerviosas están fuera del ano así que no necesitas ir en busca del tesoro para dar placer a tu pareja. Céntrate en la parte externa y tómate las cosas con calma que en esto del sexo correr no nos gusta tanto como corrernos.

Un extra de placer

Si tu pareja tiene vulva, puedes aprovechar para hacer juegos manuales en su clítoris, o incluso usar un succionador como el Sila de LELO, un top de la marca sueca del que ya te hablamos cuando hicimos la comparativa de sus succionadores. Doble de placer que le hará perder la cabeza.

Lo mismo ocurre si tu pareja tiene pene. Usa las manos libres para acariciar los testículos, por ejemplo, o para hacer una paja, lentamente, para que tu pareja se deje llevar con calma.

Y si en algún momento os sentís incómodos, no os gusta o sentís que no es una práctica para vosotros, parad. Ni en el sexo, ni en la vida, deberíamos hacer nada con lo que nos sintamos incómodos. Hay demasiadas prácticas sexuales como para centrarnos en una que no nos gusta, por mucho que esté de moda.

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Foto | Monika Kozub, Charles Deluvio, Nathan Dumlao y Dainis Graveris en Unsplash

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