Hace poco te hablamos del poder del oído en lo que a placer se refiere, y te contamos algunos trucos para sacarle partido a un sentido que podemos tener algo olvidado, y nombramos una práctica que puede conseguir excitarnos muchísimo, el dirty talk.
Como ya te explicamos, el dirty talk es una práctica que puede que hayas puesto en práctica casi sin saberlo, cuando susurras a tu pareja que te encanta cómo se mueve o cuando pides más o menos ritmo mientras estáis teniendo relaciones sexuales. Te hablamos de cómo esta técnica puede beneficiarte en la cama y cómo ponerla en práctica.
Qué es el dirty talk y para qué sirve
El dirty talk, también llamado arte de hablar sucio en la cama, no es simplemente decirle guarradas a tu pareja, es el método para aumentar la excitación y el deseo usando como herramienta el sentido del oído, y usando un lenguaje descriptivo para aumentar el placer durante todo el encuentro sexual.
No solo nos permite conectar con nuestra pareja, mejorar la comunicación (clave para que una relación funcione) y aumentar el deseo y la excitación. También nos sirve para salir de la monotonía y probar cosas nuevas. y lo mejor de todo: es gratis y podemos hacerlo en diferentes niveles.
Daryl Cioffi, neuropsicólogo, decía en Medical Daily que “hablar durante el sexo nos gusta tanto porque estimular el cerebro al mismo tiempo que estimulamos nuestro cuerpo con la actividad sexual, produce una excitación exponencial”. Más excitación, más placer.
Cómo hacer dirty talk
No pienses que el dirty talk es insultar, ni usar palabras malsonantes (que también si es lo que os excita a ambos), es más bien usar las palabras para crear imágenes en el cerebro de tu pareja. Poner en tu voz lo que quieres y lo que vas a hacer, y reforzar lo que te gusta, diciéndoselo.
Si nunca lo has practicado te digo dos cosas a tener en cuenta. Como en cualquier otra práctica sexual, es importante que ambas personas del encuentro estéis de acuerdo con llevarlo a cabo y que sea consentido en todo momento. Si uno no se siente cómodo, no lo hagáis, que en el sexo hay demasiada variedad como para hacer algo que no nos gusta. El segundo consejo es que empieces por algo suave como “me gusta cómo me besas”.
Es tan importante el fondo como la forma, y la voz que usemos será clave para que esta práctica funcione. Queremos excitar (y excitarnos), así que saca tu lado más sensual y susurra con voz grave, lentamente y cerquita de su oído. Lo que digamos es cosa de cada uno, pero te damos algunos ejemplos para que te sirvan de inspiración: “quiero lamer cada centímetro de tu piel”, “me encanta cómo me miras” o “tienes los labios más sensuales que he visto en mi vida, y quiero que me recorran de arriba a abajo”.
Podemos usar preguntas como “¿Te gusta lo que te hago?”, o usar un lenguaje un poco más subido de tono como un “me gusta muchísimo cuando me comes el coño”, por ejemplo. el dirty talk no está reñido con el romanticismo. Podemos combinar ambas en un “estaría follándote así toda la vida” o un “si me sigues tocando de esa manera vas a conseguir que me enamore”, algo que fijo que te dirán si sigues nuestros consejos sobre cómo masturbar a tu pareja (de nada).
No descartes decir lo que quieres que te hagan “muérdeme en el cuello”, y hasta usar un tono suplicante con un “no pares, por favor”. Y no olvides el poder que un “cómo me gusta” puede tener en tu pareja si además lo combinamos con un mordisquito en la oreja.
Y un último consejo que nos regala la ciencia, según un estudio de la Sam Houston State University “las palabras de contenido emocional tienen más impacto cuando las percibimos por el oído izquierdo” y las recordamos mejor, así que úsalo a tu favor y habla en el oído izquierdo porque funciona.
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