Como persona cuya relación más larga ha sido de 14 años, creo que puedo decirte que no todos los años que pasas en una relación son buenos, ni todos malos. Existen buenas y malas rachas, buenos y malos recuerdos y momentos en los que parece que remáis juntos y otros en los que te distancias.
Y es que en el matrimonio o más bien en las relaciones largas y según la psicología, pasamos por diferentes etapas, ya que se trata de relaciones dinámicas.
Las etapas del amor según la psicología
En el libro Me quiero, te quiero de la psicóloga y sexóloga María Esclapez, podemos leer las fases del amor que definen científicos y expertos y que ya te explicamos al hablarte de que el amor tiene fecha de caducidad. Jed Diamond, psicólogo estadounidense, describe cinco en su libro The Enlightened Marriage, y son las siguientes.
Me quiero, te quiero: Una guía para desarrollar relaciones sanas (y mejorar las que ya tienes) (Bruguera Tendencias)
Primera fase: “luna de miel” o enamoramiento
Una vez que pasa la atracción da comienzo la primera fase que Esclapez define como “la fase en la que los mitos del amor romántico aparecen para quedarse”. Pensemos que, según la ciencia, el amor se desata en el cerebro, ya que según el doctor en Neurobiología José Ángel Morales, nos enamoramos gracias a 29 áreas cerebrales distintas, que dependen de hasta 10 sustancias neuroquímicas”.
En esta fase todo parece idílico, queremos estar el mayor tiempo posible con nuestra pareja, y la atracción física y el deseo sexual están por la nubes, en parte como mecanismo de supervivencia que permita mantener la especie según la antropóloga biológica Helen Fisher.
Se segregan hormonas como la dopamina, la oxitocina, la serotonina, el estrógeno y la adrenalina… Y según el libro de Esclapez, “esta fase no es eterna ni debería serlo [...]. Este hype no puede durar eternamente porque el cuerpo, aunque parezca mentira, está generando estrés positivo o eustrés”. De hecho la psicóloga afirma que si permanecieramos demasiado en ese estado enfermaríamos porque “el enamoramiento es para nuestro cuerpo un estado de caos y activación”.
Segunda fase: construir una vida juntos
Esclapez añade una fase en medio de la primera y la segunda que nombra Diamond llamada decepción o desencanto en la que aparecen las primeras decepciones “se empiezan a conocer los defectos reales de la otra persona y se comienzan a solicitar cambios y a recibir solicitudes de cambios. Dependiendo de cómo afronten estas crisis, la pareja logrará construir una relación sana o no.”
Para Diamond en las relaciones largas una vez pasa el cóctel de hormonas aparece la segunda fase que consolida la pareja. Las hormonas han bajado niveles y es la etapa en la que el amor se profundiza y nos unimos como pareja. En ese momento hay parejas que deciden tener hijos y otras que no, pero lo que sí es común en todos según el psicólogo es que “el vínculo de pareja se profundiza y se desarrolla. Es un momento de unión y alegría. Aprendemos lo que le gusta a la otra persona y ampliamos nuestra vida individual para empezar a desarrollar una vida juntos.”
Tercera fase: desilusión y crisis
Diamond describe en su libros esta como una etapa que “pocas personas conocen o comprenden y es donde fracasan la mayoría de los matrimonios”. Pero no le tengas miedo porque para Diamond, es la fase que da pie al amor real y duradero. Si queremos que la relación se consolide, continúe y evite la ruptura tal vez es el momento de hacerle caso a las parejas que más duran según la ciencia y pensar que el amor requiere trabajo y esfuerzo. Ojo, que no hablamos de sacrificio, solo de esfuerzo.
Para la psicóloga Mamen Jiménez tomar la decisión de continuar o no con la relación no es algo fácil, y es algo que se produce en muchas ocasiones en esta fase porque el secreto de la felicidad en pareja no es el amor.
Cuarta fase: el amor real y duradero
Los beneficios de la cuarta etapa según el psicólogo “están contenidos en el nombre. Es real. Dura. Es un amor como nunca imaginaste que podría ser. Ves a la otra persona como realmente es, no la proyección egoísta de nuestras necesidades insatisfechas. Nos sentimos seguros como nunca antes, realmente vistos y aceptados.” Lo mejor de esta fase para Diamond es que te vuelves a enamorar de una forma loca y mucho más alegre.
En mi caso esta fase no la viví y la que ahora es mi pareja, que estuvo 13 años en su anterior relación, tampoco. Quizá no llegamos tan lejos o quizá se quedó una fase anodina de desilusión en la que continúas como un hámster girando en su rueda y sin saber si deberías o no parar.
Quinta etapa: el premio final
Y aunque para Diamond sería más que suficiente con esta, podríamos añadir etapas antes de la final como la superación de crisis externas como quedarse en el paro, cambiar de ciudad, el fallecimiento de un familiar… Este tipo de momentos complicados ponen en jaque a la pareja constantemente, igual que lo hacen las crisis existenciales, pero cuando se superan, la conexión es aún mayor. Después de años de convivencia y de haber superado las distintas etapas y las diferentes crisis, llega una fase de tranquilidad y conexión absoluta entre tu pareja y tú. Un amor íntimo, respetuoso y duradero. El mejor premio a toda una vida.
La etapa final es una aceptación de la realidad pero con un ligero cambio de enfoque. No solo siguen desarrollando su vida de pareja, también reconocen la necesidad de mantener una identidad emocional separada, autosuficiente. Para Diamond, en esta etapa de crecimiento “la pareja siente tanta gratitud por lo que se les ha dado que quieren hacer su parte para crear un mundo mejor para sus hijos, nietos y todas las personas que comparten el mundo”.
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