Con el paso de los años el envejecimiento celular provoca una degeneración del sistema cognitivo y la pérdida o disminución de las capacidades mentales en áreas como la memoria, el razonamiento o la toma de decisiones. La buena noticia es que existen varios estudios que demuestran que el aroma de agua de romero, así como los altos niveles en hierro que tiene esta planta aromática contribuyen a mejorar nuestra salud cognitiva.
Concretamente, el estudio que llevó a cabo la Universidad de Norhumbria, asegura que el aroma de romero puede mejorar la memoria a largo plazo. Según este experimento, las personas que habían olido romero experimentaron una memoria más precisa, a los que no lo habían hecho; en un 60 y 75% mayor.
Asimismo, este estudio asegura también que el aceite esencial de romero es capaz de mejorar la concentración y el estado de ánimo concluyendo que en los participantes de este estudio esta hierba “produjo una mejora significativa en el rendimiento para la calidad general de la memoria y los factores de memoria secundaria”.
Por su parte, otra investigación publicada por el Iran Journal Basic Medical Science, relacionan el romero con la reducción de los niveles de cortisol, así como otros beneficios antiinflamatorios o antioxidantes. Esto lo hicieron probando los efectos de la aromaterapia con aceite de romero en “28 pacientes ancianos con demencia y Alzheimer, y encontraron que sus propiedades pueden prevenir y frenar la enfermedad de Alzheimer”.
¿Sabías que el romero tiene más hierro que las lentejas?
Por su parte, otra de las bondades de esta hierba aromática está asociada a su alto contenido en hierro, lo que también le hace muy beneficioso para la memoria. Aunque tradicionalmente sabemos que las lentejas son el alimento que mayor hierro contiene con 3,3 miligramos por cada 100 gramos, parece que el romero no se queda atrás ya que aproximadamente tiene 29,25 miligramos de hierro por cada 100 gramos.
Pero, seguramente te preguntarás, ¿cómo se puede consumir tales cantidades de romero en las comidas? Lo cierto es que de forma habitual se utiliza en pequeñas cantidades, pero si se incorpora de una forma regular en la dieta, este puede llegar a contribuir significativamente en la salud. Eso sí, hagámoslo con cabeza para no caer en un consumo excesivo que puede provocarnos efectos secundarios indeseados como gastroenteritis o dolores abdominales.
Fotos | Sergey N y Content Pixie de Unsplash
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