Sentimos tener que dar este dato tan asqueroso pero, según un estudio de WWF, la cantidad de plástico que de media podríamos estar ingiriendo a la semana es de unos cinco gramos: el equivalente a a una tarjeta de crédito.
La culpa es de los microplásticos, pequeñas piezas de plástico de unos 5 milímetros de diámetro, que contaminan los océanos y cuya presencia se ha detectado en el agua que bebemos (ya sea embotellada o del grifo), peces y crustáceos e incluso la lluvia.
Estos microplásticos provienen de varias fuentes como productos cosméticos y la ropa. Cada vez que lavamos prendas fabricadas con materiales sintéticos, como el nailon, el poliéster o la licra, se libera una cantidad de microfibras de estos materiales que acaban en el mar.
La mejor forma de combatir esta situación es no comprando ropa hecha de fibras sintéticas. No obstante, si ya las tenemos en el armario o nos resulta imposible dejar de hacerlo, también existe un filtro para la lavadora que es capaz de atrapar el 90% de las microfibras para que no acaben donde no deben.
Se trata de Planet Care, un sistema de filtrado que funciona mediante una suscripción mensual de 9,95 euros. Para ello se necesita introducir un cartucho que dura 20 lavados y que se reciben en packs de seis cada siete meses. Además, una vez que dejan de servir, se devuelven a la empresa por correo para que puedan ser reutilizados y no generar residuos.
No solucionará el problema pero, mientras los fabricantes no lo incluyan de serie en sus lavadoras, ayudará a reducir el peso de los mil millones de microfibras (700.000 en cada lavado) que se vierten al año al océano, según los datos que maneja la empresa.
Fotos | Unsplash y Planet Care.
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