De cuando probé la impresora Canon PIXMA TS8251 y disfruté como una enana decorando mi casa, mis uñas y mi oficina con fotografías

Desde que me mudé de casa hace tres meses mis feeds de redes sociales se han llenado de fotos de decoración, prueba fehaciente de que paso más tiempo del que debería me gustaría inmersa en las posibilidades decorativas de mi nuevo hogar. 

Eso de empezar un espacio propio de cero me ha motivado notablemente y me ha dado las fuerzas que necesitaba para poner en práctica los métodos de orden y limpieza a lo Mari Kondo. Mis principales goals últimamente son el 'menos es más' y la decoración low cost. Y parece que he encontrado en esto del DIY un aliado con buenos resultados. Por eso cuando me ofrecieron probar la nueva impresora multifunción (150 euros) de Canon, mis ojos hicieron chiribitas. Así es como di rienda suelta a mi creatividad:

Todo comenzó cuando Canon me envió esta maravilla de color blanco y diseño elegante. Que, para empezar, combinaba bastante bien con la tonalidad neutra que le estoy dando a mi casa. 

La impresora PIXMA TS8251 de la marca está pensada para facilitar la impresión de fotos con calidad de laboratorio desde casa. A pesar de ser un modelo doméstico bastante atractivo por su diseño moderno, viene equipada maravillosamente tecnológicamente hablando. Tiene seis tintas (una azul fotográfica para reducir la granulosidad y mejorar los detalles), conectividad WIFI, impresión si bordes y alimentación de papel de dos vías. Además de pantalla LCD táctil, conectividad a la nube (PIXMA Cloud Link) y compatibilidad para el uso con smarphones (su aplicación para móviles y tablets es un puntazo). Y también sirve para hacer copias y escaneado. Maravilla. 

Soy consciente de que fue gracias a todas estas características técnicas que me resultó tan fácil mi pequeño experimento de decoración DIY, pero en el momento de estrenarla lo único a lo que podía prestar atención era a la gran variedad de papeles que existen para usarlos con ella. No me plantee las especificaciones técnicas hasta después.

Y es que la impresora vale para imprimir pegatinas, imanes, fotos cuadradas, rectangulares, con brillo y sin brillo y hasta uñas. Es comprensible que debido a mi nueva pasión deco, el tener tantas posibilidades me pusiera un pelín eufórica, ¿no?. Pero vamos a lo importante. Esto es lo que hice exactamente con ella y por lo que me ha gustado tanto.

Así la usé para decorar mi casa 

Después de analizar todas las fotos de inspiración de decoración con fotografías que tenía guardadas en las respectivas redes sociales, decidí que lo más molón para mi casa sería imprimir fotos en tres tipos de papel:

Papel fotográfico magnético (6,09 euros)

Creé unos imanes para la nevera personalizables muy divertidos. Imprimí dos fotos en formato cuadrado con el papel rectangular para dejar un espacio en blanco que posteriormente usaría para escribir o bien con rotulador borrable o con (¡tachán!) palabras creadas a partir de fichas de Scrabble. Es decir, imprimí también una hoja con un abecedario tipo Scrabble (que da mucho juego). Y, por último, esta plantilla de accesorios para jugar a sobreponerlos a las fotos. La idea me pareció buena, pero el resultado me pareció mejor. Después de imprimir el abecedario y los accesorios, los recorté y listo.

Papel fotográfico cuadrado en dos tamaños (3.5x3.5 6,09 euros y 5x5 7,19 euros)

Con este papel decidí imprimir mis fotografías favoritas para colgarlas en diferentes puntos de la casa con panel de rejilla, cuerdas tipo guirnalda y cuadros con cuerdas.

Panel de rejilla de malla metálica de Amazon 26,99 euros

Marcos de fotos, cuerda y pinzas kraft de Amazon 10,99 euros

Marco con pinzas de Amazon 29,55 euros

Papel fotográfico mate (13,49 euros)

Por último, usé el papel mate para imprimir cuadros minimalistas de estilo nórdico o escandinavo. Este era el papel de mayor tamaño y mi idea era imprimir tres paisajes que transmitieran relajación para combinarlos en la pared del sofá apoyados en un estante de pared para cuadros de Ikea (10 euros).

Así la usé para decorar mi puesto de trabajo

Para la ofi, usé papel fotográfico adhesivo (5,09 euros) para hacer mis propias pegatinas molonas y aunque aún no lo he hecho, planeo pegarlas por todas partes: la pantalla del ordenador, la cestita que tengo en la mesa con papeles, la pared de mi mesa y hasta mi taquilla. 

Otra opción si no quieres recurrir al papel adhesivo es usar papel fotográfico mate (13,46 euros) para crear un calendario con fotos (en la página de canon tienen varias plantillas que puedes usar) o comprar un pack de tarjetas de felicitación (3,06 euros) que puedes usar como marco de cartón para poner las fotos sobre la mesa.

Así la usé para decorar mis uñas

Lo que más me impresionó fue la capacidad de la impresora para hacer diseños de nail art. Canon tiene una aplicación completa dedicada a ello (Nail Sticker Creator for Canon) y la impresora cuenta con una alimentación específica para este tipo de papel. No te preocupes porque basta con seguir los pasos en la app para conseguirlo. Es fácil. 

Puedes elegir entre los diseños disponibles o crear tuyos propios a partir de fotografías que te descargues de internet o elementos gráficos. Y me parece una ideaza para personalizar tus uñas en ocasiones especiales o simplemente cuando te apetezca. Aunque debes de ser consciente de que este tipo de manicura contiene suficiente pegamento para aguantar un par de días solamente y es posible que tengas que recortarlas un poco para que se ajusten perfectamente al tamaño de tu uña.

Para terminar solo diré que lo mejor de todo fue el comprobar que podía ser creativa desde mi ordenador, mi móvil o mi tablet indistintivamente. La aplicación Canon Print funcionaba de maravilla en cualquiera de los dispositivos y venía con plantillas y dibujos para personalizar las impresiones. Lo único técnico que debes tener en cuenta al imprimir es que esté correctamente seleccionado el formato y el tipo de papel y eso para mi fue un respiro. Además, puedes pedirle a Alexa que imprima por ti, lo cuál es un gustazo. 

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