Etéreo, fluido, wide, relaxed… llamémosle como queráis, pero esta invasión del estilo saco está pasando de castaño oscuro. Son pocas las afortunadas que pueden lucir un vestido holgado y no parecer que se han plantado un saco de patatas encima y sin embargo, son muchos los diseñadores que recurren a siluetas amplias y formas excesivamente holgadas. ¿Acaso no hay término medio entre los vestidos Bandage de Hervé Leger y el rollo saco de estas últimas temporadas?
Seamos realistas, si las modelos con su 1.80 de altura y sus cuasi perfectos cuerpos son incapaces de lucir formas globo, diseños con líneas trapezoidales o formas coocon como es debido, ¿por qué sí íbamos a poder con ello las mortales de a pie?
Este grandísimo problema adquiere unas dimensiones monumentales cuando cruzas la línea roja, esa que separa la calle de “el lugar donde te fundirás el sueldo o los ahorros de todo el mes”, es decir, la tienda de turno – véase cualquiera del imperio Inditex y cía, o una no low cost, lo mismo es –, ya que es en ese momento cuando te das cuenta de que todas tus pesadillas han adquirido forma, y lo que es peor aún, cuelgan impasibles de sus perchas esperando a que te las pruebes y, ¡zas!, te arrebaten todo ápice de esperanza. No querida, a ti tampoco te sienta bien el estilo wide.
No obstante, esto no es lo peor, ya que también podemos encontrarnos con propuestas sin forma, es decir, sin patrón ajustado al cuerpo por ningún lugar, son telas que cuelgan buscando algún lugar donde posarse. Y así es como, queridos míos, una que yo me sé ha llegado a desesperarse en un probador.
¿Cuál es el fin de estas formas tan ilógicamente amplias?, ¿hay algún tipo de conspiración contra la definición de patrones?, ¿realmente consideráis que son bonitas y favorecedoras este tipo de siluetas?
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