Aunque parezca un trabalenguas trabajo escribiendo sobre temas de trabajo, y eso hace que en muchos momentos de mi vida personal surjan conversaciones sobre la precariedad laboral, la conciliación o la tan buscada productividad que muchos perseguimos y pocos consiguen alcanzar de verdad. Hace unas semanas tomando un café con una amiga me comentó que desde el año pasado usa la “regla del 90/90/1”, una técnica que ha conseguido que reduzca su lista de tareas pendientes.
Encontró esta regla buscando cómo centrarse y evitar perderse en sus objetivos laborales. Tiene una pequeña empresa emergente y la rutina hace que en muchos casos pierda el foco en sus objetivos a cumplir. Y es ahí donde entra en juego la “regla del 90/90/1”.
Qué es la regla del 90/90/1
La regla del 90/90/1 fue acuñada por Robin Sharma, experto en liderazgo, autor de varios libros y fundador de Sharma Leadership International. Su técnica consiste en que trabajemos en un único objetivo principal durante 90 minutos al día (los más productivos de nuestra jornada), durante los próximos 90 días. Y son 90 días para asegurarnos de adquirir el hábito ya que según algunos estudios necesitamos hasta 66 días para formar un nuevo hábito, unas 10 semanas.
Según la Universidad de Duke, el 45% de los comportamientos cotidianos suceden a la misma hora y en el mismo lugar, por lo que identificar ese momento es el primer paso para que ese momento de máxima productividad se centre en ese objetivo a alcanzar.
Esta regla tiene mucho que ver con los ritmos circadianos que, según el National Institute of Medical Science, son cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo de 24 horas. La regla del 90/90/1 se establece en la teoría de los cronotipos humanos. Los cronotipos, según el Instituto Internacional de la Melatonina (IiMEL) de la Universidad de Granada, son la predisposición natural que cada persona tiene de experimentar picos de energía o momentos de descanso según la hora del día, y es distinto en cada persona. Es decir, el cronotipo sería el tipo de ritmo circadiano de un individuo según su reloj biológico y es lo que provoca que haya horas del día en que nuestra productividad aumenta de forma natural.
En Vitónica nos explicaban que si ese período de tiempo es a primera hora de la mañana, eres alondra y si es por la tarde-noche, eres búho. Aunque la más común según las revisiones científicas (para un 70% de la población), es de cronotipo intermedio o colibrí, un punto intermedio entre alondra y búho.
Cómo usar la regla 90/90/1
Para poner en práctica la regla, y después de identificar ese pico de productividad natural, es necesario que repitamos esa tarea durante 90 minutos y 90 días. De esta forma se convertirá en un hábito.
En el caso de mi amiga, ella usa esos 90 minutos al principio de su jornada al estudio, pero podemos usarlo para conseguir los objetivos que más nos interesen, como quitarnos las tareas más pesadas del día o trabajar en nuestro desarrollo personal. Hasta podemos usarlo para hacer un curso con el que acercarnos a ese ascenso que deseamos.
Platón afirmaba que “Todas las cosas serán producidas en superior cantidad y calidad y con mayor facilidad, cuando cada hombre trabaje en una sola ocupación, de acuerdo con sus dones naturales, y en el momento adecuado, sin inmiscuirse en nada más”. Con la regla del 90/90/1 hacemos justo eso.
Fotos | Severance
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