Una de las grandes diferencias de los boomer, los millennials y la Generación Z es su cultura del trabajo. Hemos visto que los zeta están hartos de las malas condiciones laborales y se han movilizado con la renuncia silenciosa dando así voz al problema real que existe con la precariedad laboral. También sabemos que no aspiran a lo mismo que aspirábamos los trabajadores de más edad, a los que se nos vendió que el verdadero éxito está en trabajar. Es como si existiera una división generacional en algunas normas y comportamientos sociales relacionados con el trabajo.
Entre todas esas diferencias, un nuevo estudio ha encontrado otra: la puntualidad. Hace poco la Sala de lo Social del Tribunal Supremo afirmaba que el tiempo del desayuno y el de fichaje de llegada, con un margen de cortesía de hasta 15 minutos hasta el inicio de la jornada, debe considerarse como tiempo trabajado. Los zetas no podrían estar más de acuerdo.
Según un informe realizado por la empresa de reuniones en línea Meeting Canary y recogida por Fortune, de los 1.016 adultos británicos encuestados, un 46% de los trabajadores de la generación Z (de 16 a 26 años) dijeron que llegar entre cinco y 10 minutos tarde está bien. Según Laura van Beers, fundadora de Meeting Canary, la conclusión es clara: para la Generación Z llegar 10 minutos tarde equivale a llegar a tiempo.
La puntualidad en el trabajo, una gran diferencia entre boomers y zetas
La tolerancia con la puntualidad, y según los datos recogidos en el informe, disminuye con la edad porque, aunque el 40% de los millennials dijeron que perdonan un retraso de 10 minutos sin problemas, solo el 26% lo hace en la Generación X y el porcentaje se reduce al 20% para los boomers. De hecho, el 70% de los boomers encuestados dijeron que tienen tolerancia cero ante cualquier nivel de tardanza. Tal y como recogía el informe, para los boomers "si llegas después de la hora acordada, entonces llegas tarde", lo que supone un problema si ellos ocupan puestos de poder y los zetas trabajan para ellos.
La percepción del tiempo de la Generación Z está determinada por sus experiencias y el rápido ritmo del cambio tecnológico, lo que lleva a un concepto más fluido de puntualidad. Es como si la Generación Z no tuviera un estricto sentido del tiempo como otras generaciones. De hecho la ciencia ha estudiado por qué hay personas que siempre llegan tarde y es justo la percepción del tiempo la que tiene la culpa. Además, según un estudio de la Universidad de Harvard, las personas impuntuales tienden a estar más relajadas que aquellos que se organizan para llegar puntuales.
El motivo está en la pandemia. Esta generación empezó a trabajar durante la pandemia y teletrabajando, cuando era habitual y hasta un gesto de cortesía esperar más tiempo para que las personas llegaran a una reunión online en caso de que tuvieran problemas técnicos. Esa cortesía se ha convertido en un hábito muy mal visto en las empresas.
El teletrabajo ha conseguido desdibujar aún más las líneas entre lo que es una falta de respeto y lo que no, haciendo aún más visible la brecha generacional. Para los boomers llegar 10 minutos tarde es una falta de respeto. Para los zetas es algo completamente normal porque su vida laboral comenzó así.
Además, la generación Z y su ambición silenciosa les impulsa a abandonar puestos de trabajo que no les permitan equilibrar su vida personal y laboral, y la flexibilidad horaria es necesaria para que esto suceda. "La Generación Z tiene más probabilidades que otras generaciones de valorar y priorizar el equilibrio entre la vida personal y laboral y la salud mental por encima del estrés en el lugar de trabajo, y eso incluye apresurarse para llegar a tiempo a una reunión", afirmaba a Fortune Laura van Beers.
Christina Qi, directora ejecutiva de la firma de servicios financieros Databento y miembro de la junta directiva del MIT, afirmaba en un tuit que luego eliminó que todos los candidatos de la generación Z llegaron tarde a su entrevista por Zoom. Según las investigaciones, los trabajadores de la Generación Z en general faltan cada vez más al trabajo y luchan por cumplir con los plazos. Hasta Jodie Foster se quejó porque sus compañeros de trabajo de la Generación Z no se presentaban al trabajo hasta las 10 y media de la mañana, como explicaba en una entrevista a The Guardian.
En España la cosa es similar. Según una encuesta elaborada por Wave Application y realizada a más de 150.000 personas, el 64% de los españoles reconoce que siempre llega tarde entre cinco y 15 minutos, información que recogía el diario El Mundo.
Nick South, director general de Boston Consulting Group , afirmaba en Bloomberg que en realidad la impuntualidad no es un rasgo específico de la Generación Z sino una curva de aprendizaje por la que pasa todo trabajador joven al comienzo de su carrera. "A medida que avanzas, aprendes cuándo concentrarte y dónde puedes tomar un atajo", asegura.
Al igual que otros, la Generación Z deberá aprender a gestionar el tiempo de una forma diferente si no quieren sufrir las consecuencias. Aunque eso sí, las empresas también deberán aprender a lidiar con esta nueva generación porque la retención de talento se complica si hablamos de los zetas. Quizá la solución está en un punto medio: flexibilidad horaria por parte de las empresas y un mayor compromiso por parte de las generaciones más jóvenes.
Fotos | Priscilla Du Preez 🇨🇦 en Unsplash, Campaign Creators en Unsplash, Brooke Cagle en Unsplash
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