Pereza. Del lat. pigritia. Negligencia, tedio o descuido en las cosas a que estamos obligados, según la RAE, que también lo define como “Flojedad, descuido o tardanza en las acciones o movimientos.” Es eso que nos pasa por ejemplo, al levantarnos por la mañana y pensar en el día que nos espera.
Tratamos de vencerla con acciones como comernos la rana a primera hora de la mañana, pero como persona pereza que soy siempre me he preguntado si es tan mala como la pintan los siete pecados capitales. La ciencia tiene la respuesta y lo cierto es que la pereza tiene numerosos beneficios no sólo para nuestra salud mental, también para nuestro trabajo.
Los beneficios de la pereza según la ciencia
Aunque la pereza es una de las causas de la procrastinación, es tan natural como somos los humanos. Según la BBC, de hecho, estamos programados para la pereza debido a que la ley del mínimo esfuerzo es herencia de la evolución. La naturaleza parece haber optimizado nuestros procesos biológicos para la pereza y no solo en humanos, en la mayor parte de los animales como un mecanismo de ahorro de energía que nos afecta a todos. Hasta las personas más motivadas y trabajadoras a veces son perezosas como explicaba Hal Cranmer.
Igual que la neurociencia nos explicaba que soñar despiertos reduce el estrés y mejora la memoria y productividad, la pereza es otra de esas cosas vistas como de gente vaga que esconde muchos más beneficios de los que pensamos.
Aquellas personas que son perezosas también son más creativas. En 2020, los profesores Jihae Shin y Adam Grant publicaron los resultados de varios estudios sobre la procrastinación. Descubrieron que una procrastinación moderada se traducía en un aumento de la creatividad, algo que también se reflejó en The Lazy Report desarrollado por It's Nice That's Creative Insights.
Eso no hacer nada, aburrirse y ser perezosa es, según explica Andrew Smart en su libro "El arte y la ciencia de no hacer nada", positivo para la salud mental. Sus investigaciones reafirman que la inactividad estimula la creatividad y fomenta la reflexión, además de darle el descanso necesario a nuestro cerebro.
La pereza también nos puede llevar a encontrar formas más eficientes de realizar tareas, buscando atajos o soluciones automatizadas para evitar esfuerzos innecesarios como vimos en la teoría del trabajador perezoso de Bill Gates y esa reducción del volumen de trabajo se traduce en más descansos y por lo tanto en una mejora de la productividad.
Ya lo vimos cuando te hablamos del método (10+2)*5: descansar adecuadamente no solo por la noche sino durante el día, es crucial para mejorar aspectos como la memoria. Las personas perezosas no están cansadas, y esto se traduce en una bajada de los niveles de estrés y ansiedad, lo que reduce los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares, dolores musculares y sobrepeso, porque disminuyen los niveles de cortisol en sangre.
Por último, se ha demostrado que la pereza es un signo de alta inteligencia, porque las personas con un coeficiente intelectual más alto pasan más tiempo absortas en sus pensamientos y reflexionando y las que tienen menos inteligencia se aburrirían y buscarían ocupar todo su tiempo en algo, huyendo de esa pereza.
Por mi parte llevo tres meses siguiendo estos consejos de vagos para hacer lo mínimo en el trabajo y el resultado ya lo he notado: soy más feliz. Así que sumamos la felicidad a los beneficios de ser perezosa.
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