Adam Grant es experto mundial en felicidad laboral y lleva años estudiando el éxito y dando clases en la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania, donde ha sido elegido como docente durante varios años consecutivos. Gracias a su reconocido trabajo como psicólogo organizacional, ha sido considerado uno de los pensadores de management más influyentes del mundo y uno de los “40 under 40” de Fortune, pero lo que nos interesa hoy es su visión sobre el desarrollo personal.
“El proceso de aprendizaje no termina cuando adquirimos conocimientos, sino que se completa cuando los aplicamos de manera constante”, explicaba en un artículo que escribió para la CNBC, y para que pueda darse ese desarrollo personal, necesitamos incluir estos nueve hábitos en nuestro día a día. Las personas más exitosas del mundo ya lo hacen.
Dan las gracias a diario
En su libro ‘Dar y recibir: Por qué ayudar a los demás conduce al éxito’ Grant afirma que la gratitud y la generosidad son imprescindibles para el éxito. Pero no solo eso, la gratitud también se relaciona con la felicidad y es tan sencillo ponerlo en práctica como lo es dar las gracias cuando nos atienden en una tienda a la que vamos a comprar o cuando un compañero de trabajo nos ayuda. Las personas de éxito lo saben y practican la gratitud a diario.
Buscan la incomodidad
Grant asegura que las personas de éxito buscan la incomodidad. El motivo es más sencillo de lo que parece porque cuando nos sentimos incómodos, nos esforzamos por dejar de estarlo y eso te lleva a un camino más rápido hacia el crecimiento. “En lugar de esforzarte por aprender, intenta sentirte incómodo”, afirma.
No buscan la perfección, sino la excelencia
Buscar la perfección es el camino más rápido para la infelicidad, porque hay algo que se nos olvida: nadie es perfecto y nadie puede serlo. “El progreso se logra manteniendo altos estándares, no eliminando todos los defectos”, explica Grant. Si queremos crecer, tanto personal como laboralmente hablando, es vital que hagamos un ejercicio de reflexión en el que nos preguntemos qué errores podríamos aceptar y qué puede ser suficiente para avanzar. En lugar de buscar que tu trabajo sea perfecto, busca que sea excelente porque si buscas la perfección en todo, jamás avanzarás.
Piden consejo
Cuando pedimos consejo a otros nos perciben como personas más inteligentes según la ciencia, pero además, y en palabras de Grant, “el consejo mira hacia el futuro: lleva a las personas a entrenarte”. Sí, es mejor dejar de pedir elogios y aprobación y pedirle a quien te rodea que te diga cómo puedes aprender algo nuevo. Nos invita a no preguntar cómo lo hemos hecho con algo que ya ha terminado, sino a preguntar al resto qué puedo hacer mejor la próxima vez. De esta forma estamos impulsando nuestro desarrollo.
Cuando se bloquean, retroceden para avanzar
Una de mis mejores amigas siempre dice que “para atrás ni para coger impulso”, pero hacer una revaluación y retroceder en los momentos en que estás atascado puede ser la única forma de encontrar otra solución posible. “Parece como si retrocedieras, pero a menudo es la única manera de encontrar una ruta para progresar”, asegura el experto.
Deciden en quién confiar
Una persona con éxito no puede dejarse influenciar fácilmente por lo que lee o escucha. En lugar de dejarse llevar por todo, deciden en qué fuentes confiar. “Escucha a aquellos que tienen experiencia relevante (credibilidad), que te conocen bien (familiaridad) y que quieren lo mejor para ti (cuidado)”, asegura. Así, sabemos que la información que recibimos es válida y que nos puede ayudar a crecer.
Son su último juez
Aunque la validación externa es cada vez más común, especialmente si pensamos en las redes sociales y su uso, lo cierto es que la única validación que necesita una persona exitosa es la suya propia. Si nos pasamos el día tratando de complacer a los demás y midiendo nuestro valor y logros por lo que otros opinen, te aseguro que no existirá desarrollo personal en ti. Grant asegura que es mejor decepcionar a los demás que decepcionarte a ti mismo, y por eso sabe que la gente con éxito siempre se pregunta a sí misma antes de lanzar algo al mundo. Para saberlo, evalúa si te representa bien. El experto añade “si este fuera el único trabajo tuyo que la gente viera, ¿te sentirías orgulloso de él?”
Enseñan lo que quieren aprender
Puede que esto te suene raro, pero si sabes algo de la técnica Feynman entenderás a lo que me refiero. La mejor manera de aprender algo es enseñarlo. Es lo que aseguraba Richard Feynman, pionero de la computación cuántica y Premio Nobel. Todo lo que aprendemos lo comprendemos mejor después de explicarlo y lo recordamos mejor después de emplear un tiempo en recordarlo, como hacemos cuando le enseñamos a alguien.
Realizan viajes en el tiempo
No te hablo del Delorean, sino de hacer viajes mentales para recordarte dónde estabas y dónde estás ahora. Según Adam Grant, “cuando te cueste apreciar tu progreso, piensa en cómo tu yo del pasado vería tus logros actuales”. A lo largo de los años cambiamos muchísimo gracias a todo lo que la vida nos enseña, y las personas con éxito miran orgullosas a su pasado pensando “mi yo de hace cinco años estaría orgulloso de ver lo lejos que he llegado”.
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