Trabajo desde casa desde hace cinco años. Al principio me costó un poco muchísimo ser productiva, pero fui cogiendo trucos de aquí y de allá que me ayudaron con el teletrabajo. Sigue siendo una asignatura en la que no paro de aprender y el último truco que he puesto en marcha es un ejemplo más.
Hace unas semanas te hablábamos de la técnica Pomodoro que usaba mi jefa, pero que yo no conseguía que me funcionara del todo. Demasiada rigidez para el tipo de trabajo que tengo, creativo, que me hacía sentir encorsetada como poco. Como a ella, me agobiaba la estructura y al contrario de lo que me pasó con la regla de los dos minutos que se ha convertido en mi as en la manga para todo, esto del Pomodoro no era para mí.
Por suerte, hay una técnica que coge lo mejor de Pomodoro, pero lo flexibiliza para las trabajadoras como yo. Se trata del método flowtime, y te contamos cómo puedes aplicarlo en tu día a día para aumentar tu productividad.
Qué es el método flowtime
La técnica o método flowtime, fue creada por el brasileño Dionatan Moura, desarrollador de software, que la publicó en su libro Mantra da Produtividade en 2015. Aprovecha algo llamado estado de flow o de flujo, un término usado en la psicología positiva.
De hecho, el término fue introducido por el psicólogo Mihály Csíkszentmihályi en 1990, en su libro Flow: The Psychology of Optimal Experience. En él describe el flow o estado de flujo, como “un estado subjetivo que las personas experimentan cuando están completamente involucradas en algo hasta el extremo de olvidarse del tiempo, la fatiga y de todo lo demás, excepto la actividad en sí misma”. Se relaciona con la creatividad y se ha convertido en uno de los pilares básicos de la Psicología Positiva.
Cuando entramos en el estado de flujo, no nos sentimos como si hubiéramos tomado LSD, sino que es más bien un estado mental en el que la persona se encuentra totalmente inmersa en la actividad que está realizando. El Pomodoro rompe con ese estado por su estructura. El método flowtime no.
Como ocurre con el Pomodoro, el método flowtime nos ayuda a regular y aprender a gestionar nuestro tiempo. Y nos ayuda a descansar aunque sea obligadas. Pero al contrario de lo que hace Pomodoro, series de 25 minutos de trabajo y 5 minutos de descanso, esta vez fluiremos con el trabajo. No, no hablo de poner una excusa como hace la generación Z con las situationships, sino de dejarnos llevar en el buen sentido y aprovechar esos momentos de creatividad que podemos tener trabajando para “fluir”.
Es decir, trabajemos con descansos, pero siendo más flexibles a la hora de tomarlos. Así, podremos adaptarlo no solo a nosotros, sino al tipo de tarea y al propio estado de concentración en el que nos encontremos. En trabajos más complejos, limitar los ciclos a 25 minutos podría interrumpir el proceso creativo. En cambio este tipo de truco para la productividad es especialmente útil con tareas que requieren mayor creatividad, aquellas con las que necesitamos mayor tiempo de concentración o simplemente, con las tareas que más nos interesan como personas.
Por ejemplo, en mi caso, usé el método flowtime para escribir este artículo sobre el Imperio Romano de las mujeres, y cuando más concentrada estaba, continué trabajando y aprovechando esa concentración para finalizar la tarea. El descanso no interrumpió mi momento más alto de productividad.
Cómo aplicar el método flowtime en el trabajo o estudiando
Que sea flexible no significa que no haga falta un orden. Necesitamos un registro en que apuntar el tiempo de trabajo y las pausas. Lo primero que haremos es identificar la tarea a realizar, y apuntaremos la hora de comienzo. Como se trata de un método flexible, trabajaremos en base a nuestro cansancio y el nivel de concentración que tengamos en intervalos de entre 10 y 90 minutos. No sonará una alarma para indicarnos que descansemos, sino que seremos nosotras las que decidiremos cuándo parar cuando disminuya nuestra concentración. Si te pones a leer whatsapp, o saltas a otra tarea sin darte cuenta, paras el tiempo. Es momento de descansar porque has perdido el foco.
El descanso será proporcional al tiempo trabajado, entre un 10 y un 50% del tiempo que empleaste trabajando y dependiendo siempre de cómo te encuentres. Parece una trampa para la procrastinación, por eso te digo que requiere ser sinceras con nosotras mismas. Si podemos seguir, hagámoslo.
Registraremos el tiempo de descanso, y también las interrupciones que nos hayan distraído, como una llamada por teléfono. Un ejemplo práctico. Escribo emails durante 25 minutos y descanso 5. Luego me pongo con un tema profundo cuya investigación me lleva 50 minutos, y descanso 8. Y luego escribo dicho artículo que me lleva más de 90 minutos, así que descanso 15 minutos. Luego hago la revisión durante 25 minutos y descanso 5 más.
Así, no pierdo el foco cuando lo tengo y no tengo que interrumpir mi trabajo cuando me siento más creativa. Esta forma de fluir sí que me gusta. Eso sí, prefiero dejar el flow solo en el trabajo.
Foto | Icons8 Team, Martin Adams, Fallon Michael, Nicole Geri y Mariia Zakatiura en Unsplash
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