La polémica entre la selección española femenina de fútbol y Jorge Vilda continúa acrecentándose. Hace unas semanas, el equipo comunicó a la Federación Española de Fútbol (RFEF) un "malestar generalizado" con el entrenador, alegando razones deportivas. Una razón que no ha sido suficiente para conseguir su dimisión y ha llevado a que 15 jugadoras renuncien.
La RFEF se niega a romper el contrato que tiene con Jorge Vilda hasta 2024. Algo a lo que 15 jugadoras han respondido enviando un email, en el que alegan que "les afecta de forma importante en su estado emocional y en su salud" y renunciando a jugar en la Selección Española.
La respuesta de la Federación Española de Fútbol
El pasado 1 de septiembre, las deportistas afirmaron en una rueda de prensa que "hay ciertos aspectos internos que se deben cambiar. Hay que decir las cosas para que cambien, porque queremos mejorar como equipo", pero afirmaron "no pedir la destitución en ningún momento".
Sea como fuere, la destitución no ha ocurrido. Algo que ha llevado a Andrea Pereira, Ainhoa Vicente Moraza, Aitana Bonmatí, Amaiur Sarriegi, Sandra Paños, Lola Gallardo, Laia Aleixandri, Mapi León, Leila Ouahabi, Ona Battle, Patri Guijarro, Lucía García, Mariona Caldentey, Claudia Pina y Nerea Eizagirre a renunciar a su puesto en la selección española. Así ha respondido la RFEF:
"La RFEF no va a permitir que las jugadoras cuestionen la continuidad del seleccionador nacional y de su cuerpo técnico. No va a admitir ningún tipo de presión por parte de ninguna jugadora a la hora de adoptar medidas de ámbito deportivo. De acuerdo con la legislación española vigente, no acudir a una llamada de la selección es calificado como una infracción muy grave y puede acarrear sanciones de entre dos y cinco años de inhabilitación. La RFEF, al contrario de la forma de actuar de estas jugadoras, quiere dejar claro que no las llevará a este extremo ni las presionará. Directamente, no convocará a las futbolistas que no desean vestir la camiseta de España."
¿Qué está pasando aquí? Está claro que cada una de estas jugadoras ha trabajado duro para ganarse la camiseta de España y que han luchado contra la desigualdad del sector para alcanzar sus metas, algo que no sacrificarían por una rabieta sin sentido.
Además, que las deportistas aleguen razones emocionales y de salud podría indicar que hay algo más, pero hasta que ellas no den explicaciones públicas no sabremos si todo se debe a un desacuerdo metódico o a otras razones de peso.
Fotos | Gtres.
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