Cuando somos madres, cuidamos cada detalle de nuestros hijos preocupándonos por ellos en caca momento y es que queremos que crezcan sanos por encima de todo. Es cierto que no nacen con un manual de instrucciones bajo el brazo y que cometemos errores con ellos, por eso hoy vamos a desmentir uno de los más comunes entre las primerizas.
En Upeka by Aegon esta semana han dado voz al mundo de la podología contando con grandes expertos que nos han concienciado sobre la importancia de tener los pies en buena salud y lo que conlleva no cuidarlos como se debe. Entre todas las dudas que ha planteado Anne, hay una que es muy común en los hogares de nuestro país y que seguro que la has vivido o escuchado: los calcetines en los bebés. Cuando los ponemos en la cuna, nos preocupamos por que estén lo más cómodos y abrigados posibles más si es invierno pero por mucho esfuerzo que pongamos, cada mañana amanecen con los pies descalzos llevando a cada madre de cabeza. Por motivos culturales, siempre hemos pensado de que nos podemos resfriar si estamos descalzos o no dormimos con calcetines pero esto es un error que vamos a aclarar.
En realidad este acto lo hacen para cuidar su salud ya que los bebés hasta los 9 meses de edad tienen el doble de sensibilidad exteroceptiva en los pies que en las manos y reciben todos los estímulos desde esta parte del cuerpo. Esto es equivalente a si le vendamos los ojos ya que no vería nada y al tapar los pies son incapaces de notar texturas o sensaciones vitales para ellos en esa etapa de vida. Está estudiado que en edades infantiles, alrededor del 70% de los estímulos que recibe el cerebro viene de los pies y esto contradice el hecho de calzar a los bebés demasiado pronto ya que ellos no sufren por andar descalzos y es casi una necesidad.
Además, los calcetines y los peleles con pies cubiertos pueden tener efectos negativos más allá de aislarles de su fuente de información puesto que aumenta el riesgo de uñas encernadas en bebés. Por esta razón, los especialistas aclaran que los calcetines deberían funcionar únicamente como un protector térmico cuando la temperatura es fresca.
Se ha notado que los niños que suelen andar descalzos poseen pies más largos, menos anomalías en los pies y dedos, lo que es particularmente relevante para una correcta formación del arco plantar o puente. La podóloga Neus Moya recomienda a todas las madres un artículo de Isabel Gentil llamado Niños descalzos igual a niños inteligentes donde habla de muchas teoría como la del desarrollo de la inteligencia de Piaget y de otros autores relacionando cómo someter a los niños a estímulos y no taparles los pies, mejora el sistema nervioso.
Nosotras le declaramos la guerra a los mini calcetines de bebé por muy monos que sean. Y tú, ¿Has vivido esto con tus hijos?
Imágenes | @upeka_oficial y Foto de Picsea en Unsplash
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