Cuando te gusta viajar de verdad aprendes que hay lugares que parece imposible que existan en la vida real. Muchos de ellos están en Galicia y el mejor ejemplo son los acantilados más altos de toda Europa. Una caída directa al mar con un santuario marinero en lo alto, desconocido al mundo y lleno de leyendas sobre el amor y la muerte. Qué se aparte 'Outlander', que viene Galicia.
Hablamos de San Andrés de Teixido, una pequeña aldea de 45 habitantes escondida en la Sierra de Capelada que se ha convertido en el lugar más secreto, místico y sorprendente de toda A Coruña. El paraje es de una belleza abrumadora, repleto de caballos salvajes, precipicios y leyendas mágicas para todos los gustos.
Los acantilados de San Andrés de Teixido
El plato fuerte de esta localidad son los acantilados de San Andrés de Teixido, a 613 metros de altura sobre el mar, los más altos de toda Europa continental, que se dice pronto. Un abismo imponente al océano que tiene su mejor postal en el Mirador da Garita da Herbeira, en lo más alto de la Serra Da Capelada.
El santuario de San Andres de Teixido y sus leyendas de amor y muerte
El santo tiene su hogar en un lugar privilegiado, un valle con vistas al océano Atlántico en el que construyeron su santuario a principios del siglo XVIII, de estilo neogótico marinero. Sus preciosas paredes encaladas en piedra y su torre campanario marcan el sitio de peregrinación, aunque se cree que dichas peregrinaciones comenzaron en la Edad de Hierro.
Dicho peregrinaje responde a dos leyendas que giran en torno al santuario. La primera de ellas tiene que ver con la entrada al paraíso. Este enclave fue considerado la Puerta del Más Allá para los celtas, porque dicen que la Vía Láctea termina justo encima del santuario.
Un mito que se mantuvo en el catolicismo bajo el dicho "vai de morto quen non foi de vivo" (viene en la muerte quien no vino en vida). Y es que el santuario de San Andrés confiere el permiso de acceso al paraíso tras la muerte. Permiso, que no entrada garantizada, ojo.
La segunda leyenda es más pagana, pero a nosotras nos encanta. San Andrés de Teixido se ha convertido en un lugar de peregrinaje del amor, porque dicen que esta sierra crece la "hierba para enamorar". Cuenta la fábula que si la colocas en el bolsillo de tu amado, se enamorará de ti. En realidad, se trata de la Armaria Maritima, en peligro de extinción y flora prohibida de arrancar.
Qué otras cosas ver en San Andrés de Teixido
Los acantilados y el santuario son el plato fuerte de esta desconocida aldea gallega. Pero los locales esconden otras maravillas que merece la pena descubrir. La primera de ellas es la Gruta del Santo, una pequeña cueva en la ladera de un acantilado llena de ofrendas y maquetas de barcos para que San Andrés proteja a los marineros.
Otra sorpresa que encontramos en San Andrés de Teixido son las montañas de piedras de camino al santuario, que pare los que no conozcan la tradición resultan confusos y extraños. Se llaman Milladoiros y tienen dos utilidades: se dejan piedras para descargar los pecados durante la peregrinación y, al mismo tiempo, dejar constancia de que visitaste al santo.
Fotos | Albariño, Galicia Maxica,
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