El glamping es tendencia en la generación millennial. Esa reinvención del camping tradicional hacia cotas de más lujo y alto standing permite a quienes lo practican disfrutar de la naturaleza sin renunciar a comodidades de hotel de categoría. Pero el santuario Mountain Light, un lugar muy especial situado en Carolina del Norte, ha llevado aún más allá el concepto: es algo a medio camino entre el refugio de montaña, el resort y una comuna hippy. ¿Que si eso es posible? Quienes lo han probado afirman que sí sin dudarlo.
Mountain Light se compone de dieciocho pequeños refugios de montaña repartidos en una extensión de siete acres de terreno. Cada uno de los alojamientos cuenta con una cómoda cama, minibar, cocina... todo lo que se podría esperar de un hotel. ¿Y qué es lo que lo diferencia, entonces? Que no hay puertas, ni cerraduras... ¡ni tarifas! El santuario funciona en base a un sistema de pago por experiencia. Es decir, sus propietarios dejan en manos de cada visitante abonar por su estancia lo que ellos consideran que ha valido. Solo tienen que dejar un sobre con el dinero o un cheque bajo un gnomo que preside la entrada al lugar.
Gnomos, hadas y otros elementos paranormales no son solo parte de la decoración del lugar. Sus propietarios están convencidos de que hay actividad esotérica presente en la propiedad, y eso no hace más que conferir a Mountain Light un halo de espíritu hippy que ya no creíamos posible a estas alturas de milenio. Dicen que entre sus clientes se cuentan desde jóvenes interesados en disfrutar la experiencia hasta adinerados visitantes de diferentes ciudades de Estados Unidos que buscan una experiencia viajera, sin duda, diferente.
Imágenes | Mountain Light.
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