Podríamos decir que Cuenca es una de las ciudades más infravaloradas de España y es que las frases hechas o adjetivos que están ligados a ella, la han desprestigiado mucho a lo largo de los años. Cuenca, es un lugar que no te esperas, y precisamente ese es su encanto especial. El casco histórico es una maravilla hecha en piedra, con tintes medievales y con cientos de callejuelas con un millón de historias que esconden en cada rincón. De hecho, este casco antiguo fue declarado Patrimonio de Humanidad por la Unesco, por lo que si vistas Castilla La Mancha, esta ciudad puede faltar en tu recorrido.
Pero, además, uno de los mayores encantos es su impresionante Parador, situado en lo más alto de la ciudad y a pocos metros de su impresionante Puente colgante de San Pablo, que cruzar por él es tener la misma sensación que estar cayendo al vacío.
El Parador es uno de los más especiales de toda la provincia por su ubicación, un convento del siglo XII, rodeado por el paraje de Hoz del Huécar. Su panorámica del Puente de San Pablo junto a las Casas Colgadas, que no colgantes como se suele decir, es una de las mejores vistas de la ciudad, que en su interior además aguardan el Museo de Arte Abstracto. Se trata de un conjunto histórico construidas en voladizo y que sobresalen de la alta cornisa rocosa que corona el lugar.
Rodear la bajada empedrada de este paraje natural o disfrutar de las vistas ya sea desde el mirador del Parador o desde mitad del puente colgante te aseguramos que es una experiencia única.
El Parador de Cuenca
El edificio fue construido por el canónigo Juan del Pozo en 1523 y edificio es tardogótico plateresco, tal y como explican en la web de Paradores que, además, lo vinculan en al Puente de San Pablo, que recibe el mismo nombre por ser fiel al estilo del artista. Pero su interior, también guarda muchos tesoros como, por ejemplo, el claustro del convento que “acoge una obra maestra del artista Julián Casado, la titulada como “Serie Malevich. Variaciones sobre una misma estructura”. Esta pieza, constituida por 42 lienzos pintados entre 1978 y 1982, reflexiona sobre los postulados del artista ucranio Kazimir Malevich, padre del constructivismo, creando variaciones de la incidencia de la luz en un cuerpo geométrico”. El contraste con la vanguardia y el modernismo viene de la mano de la decoración de sus habitaciones para disfrutar de unos días de descanso con las mejores vistas.
Pero si hay algo que no podemos dejar pasar es la gastronomía de la zona y es que los platos más tradicionales y típicos de los pastores son su gran apuesta: las migas, los zarajos, el ajoarrieto, el morteruelo…
Los sorprendentes alrededores de Cuenca
Pero aquí no acaba la visita ya que los alrededores de Cuenca también merecen ser mencionados. El lugar cuenta con antepasados romanos como las ciudades Valeria, Ercávica o Segóbrigae, famosas por su teatro, y también con la Ciudad Encantada, un paraje único de formaciones rocosas de más de 90 millones de años.
Su naturaleza también está formada por la llamada Serranía de Cuenca que ofrece parajes como el nacimiento del río Cuervo o el Ventano del Diablo, un mirador natural en forma de cueva que se encuentra al margen del río Júcar y desde el que podrás ver la imponente caída del barranco del Júcar. De hecho, recibe este nombre debido a la leyenda de un Demonio que realizaba sus sesiones de brujería y empujaba al abismo a quienes se asomaran por las ventanas al vacío.
Fotos | Paradores
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