Ayer en el Palacio de las Alhajas de Madrid, en la calle Hileras (detrás justo de Callao) tuvo lugar la presentación del nuevo perfume de Desigual creado por el gran maestro perfumista Olivier Cresp. Una presentación en la que no faltó de nada, ya que los responsables de Desigual y los chicos de Finally Press - encabezados por mi Cicerone particular, el eficientísimo y simpatiquísimo Enzo -, aprovecharon la infraestructura de este antiguo palacio para organizar una retrospectiva.
Lo bueno de estos edificios rehabilitados es que mantienen todo su carácter por fuera, y por dentro son como un lienzo en blanco que permiten recrear todo el universo de las marcas que organizan sus eventos en ellos.
Ayer, por ejemplo, pudimos disfrutar de una magnífica retrospectiva de la marca Desigual desde que fue fundada en el año 1984, donde no faltaron las prendas más icónicas diseñadas por Thomas Meyer. Después de echar un vistazo a todo el proceso creativo relacionado con esta mítica marca, pasamos a otro espacio.
Allí nos invitaron a acercarnos hasta un stand, parecido a esos donde exponen chuches, para que pudiésemos servirnos a discrección eligiendo las cuentas, abolorios, strass y demás brilli-brilli que más nos gustasen para diseñar nuestra propia camiseta.
Unas costureras muy simpáticas nos ayudaron a plantear sobre un tablero cómo queríamos que fuese la camiseta de nuestros sueños, y luego nos la confeccionaban siguiendo nuestras instrucciones y los adornos que habíamos elegido.
Cuando terminábamos, podíamos seguir con nuestro particular parcours, no sin antes recoger nuestra camiseta en la planta baja que descendía por una liana por el hueco de la escalera, como veíamos hacer a Tarzán en su casa del árbol.
Allí, en la planta baja tuvo lugar la presentación del perfume a cargo de la mano derecha de Olivier Cresp por medio de una piramide olfativa construída con frasquitos que custodiaban las esencias puras empleadas por el perfumista. Olivier Cresp es muy sincero y asegura que él sólo es capaz de realizar un perfume bueno al año, y que podía asegurar que este era, sin duda alguna, su obra maestra de este año.
Un perfume goloso que va evolucionando sobre la piel de forma diferente a medida que van transcurriendo las horas, pero que no empalaga. Una fragancia que combina notas florales con un corazón oriental, y que ha sido formulada con la idea de que nos está esperando para la hagamos nuestra dotándola de vida y de magia.
El frasco ha sido diseñado por el equipo de creativos de Desigual. Su packaging se abre retirando una funda, que deja ver un espejo en su interior. El perfume queda entonces expuesto en una especie de peana, y su cristal parece ir grabado con mensajes y cincelado (¡gracias Enzo!) por la parte de atrás recreando pligues u ondas que simulan la caída de un vestido.
Lo más divertido de todo es que el evento estuvo ambientado durante todo este Open Day por bandas callejeras que los equipos de Desigual habían localizado tocando en el parque de El Retiro. Así que una presentación muy completa e instructiva en un ambiente donde se respiraban buenas vibraciones y donde el espíritu recordaba un poco a aquellos lugares de la antigua Roma donde las ideas de todos se unían para crear algo más grande.
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