Los japoneses cuentan con algunos de los secretos de belleza mejor guardados y más codiciados. Sus métodos, tanto naturales como tecnológicos, son la envidia del mundo entero. Y se nota: la piel impoluta y clara, el pelo brillante y sedoso, la falta de arrugas...¡a los 30 años parece que tienen 15! A todo esto se suma el hecho de que casi todos son delgados. ¿Cuál es su as en la manga? Estos siete trucos alimenticios son los responsables de la envidiable figura nipona.
1. Una dieta sana y equilibrada
Es un error y un estereotipo pensar que en Japón solo se come sushi y ramen. De hecho, su dieta está basada en multitud de alimentos, como pescado, algas, vegetales, soja o arroz. Casi todo lo que compone la dieta nipona es natural y equilibrado, sin apenas calorías o comida basura. Esto es porque en Japón sienten devoción por la comida fresca y estacional.
2. Arroz como acompañante
El arroz blanco es un ingrediente esencial de cada comida que, de hecho, sustituye a nuestro uso del pan como acompañante. Las salsas las mojan con arroz, cocinado sin sal ni mantequilla. De esta forma, suprimen la harina de su dieta y esto les ayuda a mantener la línea. Sin embargo, este arroz lo consumen en pequeñas dosis, ya que se tratan de carbohidratos refinados de los que tampoco se debe abusar.
3. La forma de cocinar los alimentos
Tradicionalmente, los nipones no fríen ni rebozan sus comidas. Son fanáticos del grill, la cocina al vapor o cocida, pero en raras ocasiones optan por freidoras (y cuando lo hacen usan una cantidad ínfima de aceite). Estos métodos de cocina tienen todos una ventaja común: son menos agresivos y permiten a la comida mantener sus propiedades alimenticias naturales.
A esto se suma la ausencia de adornos o condimentos. La belleza de la cocina japonesa está en mantener los colores, sabores y olores reales de los alimentos, por lo que evitan el picante, las salsas densas o las especias en gran medida.
4. El desayuno es el gran protagonista
Existen muchos debates sobre si el desayuno es o no la comida más importante del día. En cualquier caso, lo es para los japoneses. En ella incluyen varios platos, como nosotros en el almuerzo. Pescados, tortillas, sopas, vegetales y, por encima de todo, té. Esto les mantiene saciados y no abusan en el resto de comidas, siguiendo el patrón de disminuir la cantidad de alimentos a medida que avanza el día.
5. No abusan de la carne roja
La cocina nipona anterior al siglo XIX estaba fuertemente influenciada por los preceptos budistas, que prohibían quitar la vida a cualquier ser viviente. Por ello, la dieta en Japón ha sido mayoritariamente vegetariana hasta el último siglo, en el que han incluido la carne roja de forma muy moderada y a menudo sustituida por tofu o carne blanca.
6. La cultura nipona de la comida
La hora de la comida no es solo un buen rato para los japoneses. Es todo un ritual tradicional que está perfectamente estudiado. Y cada uno de sus rasgos hace imposible comer hasta reventar: mordiscos pequeños lentamente masticados, platos diminutos y escasamente decorados, e incluso medio vacíos, porque no está bien visto llenarlos hasta el borde.
7. No practican el concepto "postre"
Terminar de comer con un pequeño dulce para "dejar buen sabor de boca" no es algo que los japoneses hagan, por mucho que nos duela reconocerlo. Solo lo toman en contadas ocasiones, y no se parece en nada a nuestra idea de postre. ¡Nada de tarta jovencitos! En su lugar, helados hechos de arroz, con poca grasa, azúcar y en nada parecidos a los postres de Occidente.
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