Soy de las que congela las mondas de las verduras para hacer caldo (y me sale tan bueno como este caldo de verduras de DAP), las pieles de las naranjas las seco al sol para hacer aromatizantes naturales, consumo productos de limpieza ecológicos, reciclo y reutilizo al máximo, hago cocina de aprovechamiento y miro con lupa los alimentos que compro para tratar de consumir aquellos de proximidad.
Podría decirte que llevo en el camino de llevar una vida más sostenible desde hace años. Esto del zero waste que parece que ahora se ha puesto de moda es algo que llevo tratando de meter en mi vida desde hace mucho tiempo, y uno de los productos que me hizo cambiar el chip tiene que ver con la belleza. Concretamente con la de mi pelo. Te hablo de los champús sólidos que desde hace algunos años forman parte de mi rutina.
Cómo comencé a usar champús sólidos
Paseando un día por Madrid caí de bruces en una tienda de Lush. Olía tan bien desde la puerta que entré, y salí con un par de sus champús sólidos. Casualidad o destino, mi visión de estos productos cambió en el momento en que llegué a casa y los usé por primera vez.
Los compré porque soy consciente de la cantidad de plástico que nos inunda y que llena nuestra cesta de la compra, y si empezaba a usar este tipo de productos, reducía (aunque poco) mi propio consumo de plástico. Me sumé al movimiento plastic-free. Pero la realidad es que no fue la sostenibilidad lo que me hizo repetir.
Las razones por las que ya no uso otra cosa que champú sólido
Genero menos desperdicios
Pepa López, nuestra compañera experta en belleza, ya nos decía que “apostar por cosmética naked ahorra en plásticos y envases sin perder aromas, ingredientes ni formulaciones eficaces”. En 2020, por ejemplo, generamos más desperdicio que nunca entre mascarillas y guantes de látex. Mi abuela decía que “un grano no hace granero, pero ayuda al compañero”, así que sí, el primer punto a favor para usar cosmética naked y concretamente los champús sólidos, es tratar de reducir ese desperdicio.
Nunca he tenido un pelo tan cuidado como usando champús sólidos
En mi caso, voy a hablarte de los que conozco, uso y que repito una y otra vez, y son los productos naked para el pelo de Lush, aunque desde aquel primer encuentro ahora también uso geles sólidos y aceites en barra, y estoy empezando a probar desodorantes naked. Un suma y sigue.
Pero hablemos de los champús. Los de Lush están formulados con ingredientes naturales que han conseguido equilibrar mi cuero cabelludo (antes tenía picores, dermatitis y hasta algo de caspa) y dejar el pelo más brillante. De pelo pasé a pelazo.
Son más cómodos para viajar
Es una ventaja tan grande… sobre todo hasta que llegue ese momento en que no tengamos que sacar los líquidos de la maleta de mano. Los champús sólidos son pequeños y muy prácticos para viajar, especialmente si tenemos poco espacio. Y nunca van a mancharte la ropa si se abren, algo que sí me ha pasado con botes de geles, por ejemplo.
El pelo se mantiene limpio más tiempo
Voy al gimnasio (o lo intento) cinco días a la semana y lavarme el pelo todos los días que hago deporte es inviable y una fatalidad para mi pelo. Aunque existen champús para uso diario, no me van bien (los he usado en el pasado y no son para mí). Pues desde que uso los champús sólidos, el pelo me aguanta limpio más tiempo como por arte de magia, aunque vaya a pegarme la sudada de la vida al gimnasio. Ahora solo tengo que lavarlo dos veces por semana y siempre lo tengo bien.
Duran mucho (y huelen maravillosamente bien)
La última ventaja es que duran mucho. Muchísimo. Podría parecer que son muy caros comparados con algunos champús líquidos, pero de verdad que durarán meses en la ducha si los conservas bien (siempre déjalos secar sobre una jabonera y evita ponerlos cerca de la alcachofa de la ducha para que no se gasten antes de tiempo).
Fotos | Kristina Balić, Towfiqu barbhuiya, Diana Light y micheile henderson en Unsplash
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