No hace falta tener el pelo muy rizado para no poder peinarse si no te lo lavas a diario. Con ondulaciones naturales, es inútil intentar pasarte un cepillo o peine de puas anchas sin perder la forma. Simplemente, no te peines.
No pasa nada porque te pases el esqueleto o el peine indicado sólo cada 2-3 días cuando lavas tu cabellera. Entonces es el momento, tras el suavizante o desenredante, cuando debes insistir con el peine. Sé paciente y péinate por los dos días o más que no lo has hecho.
Verás que queda mucho cabello en él: no pasa nada, es normal. El pelo cae cada día por naturaleza y estás eliminándolo ahora. Ni por asomo el pelo ondulado se cae más que el liso, lo que ocurre es que el segundo lo peinarías a diario porque es más fácil.
Si no lo tienes sucio pero no aguantas sin pasar el cepillo, usa primero un poco de desenredante sin aclarado y no lo dañarás. Yo lo tengo ondulado y opté por no peinarlo (a menos que lo alise con la plancha) hasta el siguiente lavado porque me quedaba sin forma alguna.
Es el problema de la ondulación natural: la forma es frágil. Es mucho más fácil y queda mejor al segundo día darle forma con los dedos. No me gustan nada los productos fijadores aunque sean suaves por el tacto tipò laca que dejan.
Me gusta pasar las manos por el pelo, aunque estoy ayudando a ensuciarlo, y con gominas líquidas, fijadores de acabado y otros varios no puedo. Prefiero humedecer las puntas con un poco de agua con las manos y dejarlo secar al aire. Listo: mañana ya tocará lavado y desenredado.
Foto | caidalibre, Philipp Hilpert
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