¿Qué tiene que ver el estrés con las estrías? No es ningún chiste ni un juego de palabras. En la lista de consecuencias negativas del estrés ya podéis añadir una más: la aparición de estrías en la piel.
Estoy tan sorprendida como vosotras, no había oído esta información en mi vida. Las estrías son la rotura de las fibras elásticas de la piel y se ven en el exterior como líneas blancas (o las llamadas [estrías rojas](https://www.trendencias.com/belleza/estrias-rojas-que-salen-como-se-pueden-quitar-mejores-productos-desaparezcan), si tienes suerte). Sus causas son diversas: falta de elasticidad de la piel, aumento de peso, embarazo o simplemente una predisposición genética.
No siendo suficiente, encima podemos ser propensas a las estrías por exceso de nervios, de trabajo, de disgustos: ¿a alguien le suena? En fin, el estrés vino, se instaló y echarlo es difícil.
Todas sabemos que el estrés disminuye la calidad de nuestro sistema inmunológico. Una de las defensas en las que puede influir es contra la acción de las proteinasas. Este radical libre se alimenta de colágeno y elastina, ya podéis imaginaros los estragos que pueden causar en nuestra piel.
Cuando estamos estresadas somos más vulnerables a la proteinasa y, al bajar la guardia, se da un festín a nuestra costa. En las zonas en las que somos más vulnerables a presentar estrías, podrían salir más, o más temprano, ya que su alimento es fatal para la resistencia de la red de sujeción de la piel. Moraleja: a más estrés, más cuidados corporales hidratantes, nutritivos o antiestrías.
Foto | Diamond Farah
Vía | Collistar
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