Van Cleef & Arpels acaba de presentar su última creación olfativa. Su nombre: "Rêve Eau de Parfum". Cuando lo vi por primera vez, recuerdo que pensé que no se habían complicado demasiado con el título. Sin embargo, cuando abrí el packaging, y saqué de su interior un frasco que se diferenciaba de todos los que había visto hasta la fecha, y pude oler su maravilloso perfume, entendí un poco mejor el nombre: "Reve".
Un sueño hecho realidad porque, ¡ya es oficial!, creo que acabo de encontrar "mi" perfume; ese que llevaba media vida buscando, y que nunca pensé que pudiera existir.
Ojalá sea capaz de transmitiros bien toda mi emoción. El perfume viene dentro de un estuche de un color rosa palo con una textura que recuerda un poco a la del grograin con el que suelen hacerse los lazos zapateros (parecido al del doble lazo “Varina” con el que Salvatore Ferragamo adorna sus famosas bailarinas). Los bordes del packaging van perfilados con unos vivos formados por diminutos círculos en oro rosa formando una preciosa cadeneta.
Su frasco - diseñado por Fabrice Legros de Studio Pi Design -, es de cristal tintado suavemente en un rosa empolvado, me recordó un poco a esos frascos antiguos que en ocasiones vemos en los anticuarios sólo que este va cerrado con un peculiar tapón metálico. Viéndolo de cerca, podría recordar, mal comparado, al ojal de una gigantesca aguja por donde podríamos enhebrar una bonita cadena para llevarlo colgado cerca de nuestro corazón (al ser joyeros, ¡noblesse oblige!). Pero, si nos lo alejamos un poco de la vista, parece más bien la empuñadura de una espada. ¡Empiezo a entender un poco mejor eso de llamarlo "Rêve"!
Ahora viene la parte más difícil de describir, ¡su olor! Es un perfume que huele a limpio, una mezcla muy sutil de flores, frutas y musgo. Me encantaría poder decir que es fresco, pero no, yo diría que es más bien tierno y cálido, pero no con ese olor a rosa tan fuerte y empolvado con el que ahora hacen todos los perfumes. Y, ¡tiene un fondo amaderado que me encanta!
He leído que está elaborado a seis manos entre tres grandes perfumistas, todas mujeres (¡lo sabía!), los nombres, en cambio, no me sonaban: Emile Coppermann, Nathalie Feisthauer y Evelyne Boulanger. Tengo que "googlearlas" para investigar un poco más sus trayectorias.
En fin, ¿qué más podría deciros? Lo de los perfumes es algo tan particular. Mi consejo es que, si tenéis ocasión, no dejéis de olerlo. Su precio, apellidándose Van Cleef & Arpels tampoco es excesivo (85 euros 100 ml). El frasco se queda a vivir cerca de mi teclado. Aprovecho la ocasión para agradecer, de todo corazón, a Mamá Noël Picou el regalo tan maravilloso que nos, que "me" acaba de hacer.
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