Mucho se habla sobre la estricta alimentación de doña Letizia, pero poco se comentan los hábitos de Felipe cuando se sienta a la mesa. Él es un gran amante de la gastronomía y no hace ascos a nada. Le gusta probar platos típicos de otros países y adora la dieta ibérica. En eso se parece a su padre. Disfruta el jamón, el buen vino, la paella, el chuletón o la tortilla de patata.
Felipe se crió ente chuletillas y copas de tinto. A Juan Carlos le encanta el corderito lechal y más que conocidas son sus noches amarrado al Vega Sicilia junto a amigos o amantes. Su hijo, hoy por hoy, no es amigo de la farra, pero sí de la 'alimentación a la española'. Nada más levantarse, Felipe desayuna como cualquier compatriota.
Por la mañana, al monarca le gustan las tostadas y el zumito de naranja. Así lo demostró el dueño de la Cafetería Monterey, donde un jovencísimo Felipe desayunaba todos los días. Tal y como publica La Voz de Galicia, el príncipe siempre desayunaba lo mismo en aquel entonces: pan y zumo recién exprimido.
"Era muy dispuesto. Si había mucha gente se servía a sí mismo. Cuánto más importante es la gente, más sencillos son", destacaba el propietario del local. Doña Elena, que también solía visitar dicha cafetería, desayunaba lo mismo que su hermano. Hoy por hoy, puede que ambos sigan compartiendo 'dieta mañanera'.
Letizia y Felipe
Letizia, en cambio, jamás ingiere una tostada al levantarse. Tal y como publicamos en Trendencias, ella sigue la dieta Perricone, y el pan está prohibido en ella: "Existe una larga lista de prohibidos dentro de la cual se encuentran alimentos que realmente perjudican al organismo como azúcares, alcohol y harinas refinadas..."
Fotos | Gtres
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