Ha pasado un año desde que cazaran a Pablo Urdangarin acompañado de una misteriosa joven en un centro comercial. Las imágenes, publicadas en 'Vanitatis', hablaban por sí solas. Dos jóvenes enamorados presumiendo de love en Sant Just Desvern y deleitando a los presentes con un beso de tornillo.
En un primer momento se estipuló que podría tratarse de dos amigos con derecho a roce o de un simple rollete pasajero, pero no, Cupido apostó y ganó al cruzar sus caminos. Recordemos que Pablo y Johanna Zott se conocieron cursando sus estudios en el Liceo francés de Barcelona y el deporte es la gran pasión que comparten. Concretamente, Urdangarin ha sido jugador del balonmano del F.C Barcelona y Zott pertenece a la categoría Senior B del Club Esplugues de Llobregat.
Y es que es en los partidos del deportista donde nos hemos coscado de la estrecha unión entre la chica y su suegra: la infanta Cristina. Una siempre se sienta a la vera de la otra y con el único fin de animar al hombre de sus vidas.
Entre gritos y aplausos, se puede ver a Cristina y Johanna parloteando sobre sus quehaceres y compartiendo confidencias. Hecho que se repite en la relación de Zott con Irene Urdangarin. Cabe destacar que las cuñadas coinciden en que estudiaron en el citado Liceo Francés y suelen coincidir en los encuentros de Pablo.
De hecho, cuando Irene regresó a España desde Ginebra, lo primero que hizo fue apoyar a su hermano mayor en un partido. Momento en el que la vislumbramos junto a su cuñada y hasta apoyando la cabeza en su hombro. Prueba de que la relación entre Johanna y Pablo, al igual que la de la joven y la familia del royal, se encuentra en su mejor momento.
Fotos | Gtres
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