Dirigida por el chileno Pablo Larraín (Ema) y con guión de Steven Knight (Peaky Blinders), Spencer acaba de llegar a los cines y ya se ha convertido en el mejor plan para este fin de semana.
Este drama cargado de intenciones se ha convertido en una película de Oscar según los expertos y es tal y como vemos en los primeros segundos de película, en una “fábula sobre una tragedia real”.
La historia pone el foco en tres días, durante las vacaciones navideñas en el castillo de Sandringham, en el condado de Norfolk. Allí viaja la Princesa Diana para encontrarse con la Familia Real y mostrarnos a una Lady Di compleja y única.
Visualmente embriagadora, este relato en el que vemos en todo momento la contraposición de Diana con Ana Bolena, es una maravillosa propuesta que nos muestra a una princesa de Gales como nunca antes la habíamos visto. Las metáforas visuales son parte imprescindible de la historia y su director ha dado en el clavo con la música, el ritmo y la fotografía, además de haber conseguido transmitir toda la angustia de un encierro como el que vive Lady Di en la película.
Kristen Stewart está de Oscar
Aunque el retrato está lleno de nombres como la acertadísima Sally Hawkins, Jack Farthing interpretando al príncipe Carlos, o unos maravillosos Timothy Spall y Sean Harris, la absoluta protagonista es Kristen Stewart, que ya está muy lejos de Bella en Crepúsculo y ahora está ante el papel de su vida.
Un icónico personaje histórico al que ha sabido dar vida y voz y que ya resuena a nominación al Oscar. Y es que la interpretación es más que notable y nos olvidamos de Stewart para ver solo a una princesa encerrada en un castillo.
Kristen Stewart aporta un deslumbrante relato de la princesa como no lo habíamos visto nunca, lleno de matices. Tantos que parece que miremos a través de un caleidoscopio para deleitarnos con tantos detalles que hasta nos abruma. Podemos ver a una princesa de Gales en decenas de colores. Vulnerable, provocadora, asustada, tierna, rebelde, angustiada, cansada, presa, perdida, sola, dulce, viva. Es tanto lo que se muestra de ella en 112 minutos, que la película nos parece un suspiro.
Un vestuario absolutamente deslumbrante
Stewart se acompaña del vestuario para darle al personaje de esta historia, un crisol de sensaciones y sentimientos. De hecho parece que el vestuario cuente la historia por si solo, cuando ella calla y las imágenes se suceden.
No todos los looks son réplicas, sino más bien están inspirados en la princesa en base a un trabajo de investigación en el que no podían faltar looks de la casa Chanel, una de las favoritas de Lady Di y firma de la que Kristen Stewart es embajadora.
Buena muestra de ello es el espectacular vestido de Chanel que luce la joven en una cena. En un tono champán, con corte sirena y un escote palabra de honor, este vestido de organza pertenece a la colección Alta Costura Primavera-Verano 1988 y fue diseñado por Karl Lagerfeld. Se ha rehecho para la película y que tiene más de 1000 horas de trabajo a sus espaldas. Y aunque no es un vestido real con el que viéramos a Lady Di, sí se inspira en uno de ellos y es el vestido que este cuento necesitaba para entender un poco más la trágica historia de la princesa.
Lo mismo ocurre con el abrigo de tweed rojo de Chanel con el que vemos a Diana en la película cuando va a la iglesia. Pertenece a la colección prêt-à-porter Otoño-Invierno de 1988, y aunque no es una réplica de los looks de Sandringham de la princesa en ese año, sí usó algo similar el día de Navidad en Sandringham en 1993.
El vestido de novia creado por David Emanuel, los looks en amarillo de sus primeros años en la Casa Real, las chaquetas varsity, los vestidos negros de gala o los vaqueros con un top lencero y un cárdigan de cachemira son un ejemplo más de cómo un buen diseño de vestuario puede decir tanto o más que un buen guión.
Fotos | Spencer, Chanel
