Uno no se levanta por la mañana y dice ser personal shopper, no, detrás tiene que haber algo, una preparación, unos conocimientos y sobre todo, una pasión por aquello que se hace. No se trata de ir tiendas simplemente y comprar cuatro trapitos, sino de tener buen gusto, saber qué comprar para según qué casos y conocer muy bien las tendencias actuales.
Personal shopper es una persona que nos ayuda a comprar cuando o bien nuestro tiempo es muy limitado para ir de compras, o bien no tenemos ganas de hacerlo, o bien no tenemos tanto gusto, o bien... así un sinfín de razones. Quedémonos con la idea que un personal shopper es aquella persona que nos ayudará a estar radiantes.
La idea, en general, es muy atractiva, ¿a quién no le gustaría ser personal shopper? Yo ahora mismo dejo de escribir y me pongo a vender mis servicios como tal. Pero no es tan fácil. Como en todas las profesiones un personal shopper tiene que tener unas cualidades básicas que le conviertan en un gran profesional.
Cinco cualidades imprescindibles de un personal shopper
Tener buen gusto: lo mismo que un cocinero tiene que tener buen gusto a la hora de elaborar un plato, un personal shopper tiene que tener buen gusto a la hora de elegir la ropa que va a comprar. Pese a que parezca evidente, el buen gusto es algo difícil de conseguir ya que ni se estudia ni se logra con dinero, sino con algo más particular de cada persona. Lo que ya llamamos clase o elegancia. Una virtud imprescindible para cualquier profesional de la moda.
Saber comprar: no todo vale, ni todo es lo mejor del mundo mundial. Mentira y gorda. Por mucho que esa prenda de marca cueste 1.000 euros puede ser un auténtico horror. Y nosotros no queremos comprar algo que sea un horror ¿no? Como personal shopper tendremos un presupuesto para comprar en función del cliente y habrá que saber administrarlo muy bien. Lo mismo que vamos al supermercado a hacer la compra y hay que llegar a fin de mes, pero esta vez estaremos en cualquier boutique de lujo buscando lo mejor para el cliente. Además, dependiendo del tipo de evento al que quiera ir el cliente tendremos que escoger una cosa u otra.
Conocer las últimas tendencias: hay que estar muy informados y conocer qué se cuece en el mercado, y a ser posible, adelantarse a las propias tendencias gracias a nuestro conocimiento de las mismas y contactos con algunas marcas. Es un punto clave en un personal shopper. Nadie va a querer contratar a alguien que sigue haciendo lo mismo año tras año puesto que eso lo podemos hacer nosotros sin casi problemas. El cliente querrá ir a la última adaptando esas tendencias de moda a su estilo.
Conocer muy bien las necesidades del cliente: una vez que ya tenemos buen gusto, sabemos qué comprar y conocemos las últimas novedades hay que pensar en lo más importante: en el cliente. Esta habilidad sería la primera a tener en cuenta para un personal shopper puesto que si bien podemos estar a la última moda, eso no nos va a ayudar a vestir a nuestro cliente más clásico que rechaza algunos modelos por ser demasiado extravagantes. A cada cliente habrá que aconsejarle según su estilo y lo más importante, según sus características físicas, realzando al máximo su belleza y físico.
Una personalidad abierta y afable: en toda profesión hay que tener una personalidad agradable, pero en una profesión como personal shopper el trato con el cliente es aún más fundamental puesto que el cliente es lo más cercano posible y vamos a aconsejarle cómo vestir y cómo ir a cierto evento. Tendremos que tener una personalidad muy cercana, hay que saber estar y tener paciencia, buenos modales, saber tratar con cada tipo de persona y además hay que tener buenas dotes de relaciones públicas ya que contaremos también con las marcas como otros clientes.
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