Si eres de los que todavía incluyen el perder peso en su lista de propósitos de año nuevo, o de los que no puede evitar picar entre horas por ansiedad, este estudio te va a resultar de especial interés. Y es que, siguiendo una metodología desarrollada por médicos e investigadores, personas con obesidad han conseguido reducir los episodios de atracones gracias a un nuevo tratamiento interdisciplinario que publica la revista Frontiers in Endocrinology.
El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Actualmente, los pacientes con esta condición reciben directrices para atajarla que incluyen comer menos y más sano, hacer ejercicio y, en algunos casos, someterse a cirugía. Sin embargo, el tratamiento ideado por estos investigadores se basa en que los afectados sean conscientes de las razones por las que comen en exceso.
Tener en cuenta los aspectos psicológicos de la obesidad mórbida
Trine Tetlie Eik-Nes, profesora asociada del Departamento de Neuromedicina y Ciencias del Movimiento de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU) y directora del experimento, lo ha explicado del siguiente modo: "Hay una gran necesidad de un tratamiento interdisciplinar que tenga en cuenta los aspectos psicológicos de la obesidad mórbida más de lo que se tiene en cuenta ahora".
Y es que, aunque se suele achacar el sobrepeso a factores genéticos, tener mucho apetito y la pereza, las investigaciones al respecto indican que entre el 30% y el 50% de las personas que buscan tratamiento para la obesidad tienen problemas psicológicos relacionados con la pérdida de control.
En el estudio han participado 42 personas adultas con obesidad de tercer grado (lo que quiere decir que su IMC es de 40 o más) u obesidad de segundo grado con otros problemas añadidos. La metodología consistió en reunirse a lo largo de 30 horas durante diez semanas. Estas sesiones se dividían en una primera parte didáctica y otra que consistía en un charla sobre los pormenores de sus vidas y rutinas y que tenía lugar en pequeños grupos.
De este modo, los pacientes fueron más conscientes de aquellos factores que detonaban sus atracones. Y es que, según la investigadora, comer en exceso suele estar relacionado con factores de estrés. Además, las causas pueden ser muchas y tan complejas como traumas infantiles, dificultades sociales, desprecio por el cuerpo...
Los 42 pacientes permanecieron en el estudio hasta el final y, aunque no se midió su pérdida de peso, los sujetos experimentaron una reducción de casi el 30% en el número de episodios de comer en exceso. También se documentó una mejora significativa de sus problemas emocionales (agitación, ansiedad, depresión, irritabilidad) y declararon sentirse mucho menos limitados por la imagen corporal negativa y la vergüenza que suelen suponer un obstáculo para la actividad física y la vida social.
Los investigadores de este método interdisciplinar consideran que el tratamiento psicológico no se utiliza lo suficiente para tratar la obesidad mórbida y creen que, mediante este enfoque, las personas con trastornos alimentarios obtendrán lo que realmente necesitan, en lugar de un cambio en su estilo de vida, que es es una evaluación y un tratamiento integrales que combinen la atención a la salud mental y la somática. No obstante, todavía se desconoce el efecto a largo plazo del tratamiento.
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