Los últimos meses hemos hablado en numerosas ocasiones sobre el ayuno intermitente. Y es que este protocolo de alimentación está, cada vez más, en boca de todos. Aunque todavía existen algunas dudas al respecto, la realidad es que la practica del mismo, una vez que empezamos, es bastante sencilla.
Sin embargo pueden seguir surgiendo algunas preguntas. Por ejemplo, si sueles hacer deporte por la mañana y tu horario de ayuno no termina hasta más tarde, te puede surgir la duda de si es buena idea o no hacer deporte en ayunas y cómo hacerlo de manera segura.
Puedes entrenar en el periodo de ayunas, pero es mejor adaptar los horarios
Como nos indica Ángel Gardachal, Técnico Superior en Animación de Actividades Físico-Deportivas y Técnico Superior en Dietética, entrenador personal y editor en Vitónica: "claro que se puede entrenar durante el periodo de ayuno". Pero él nos anima a hacerlo lo más sencillo posible para nosotros.
Concretamente, indica: "lo suyo sería tratar de gestionar los horarios de manera que sea la más óptima. Por ejemplo, que hagas coincidir el final del ayuno con el final del entrenamiento, de manera que conforme terminas de entrenar te vas a casa y hagas la primera comida del periodo de alimentación".
En cualquier caso, nos aclara que no pasa nada por entrenar justo al principio del periodo del ayuno o a mitad del ayuno, pero no es lo más sencillo y recomienda adaptar los horarios para comer después del entreno ya que sería lo más eficiente.
Podemos entrenar en ayunas, pero ¿qué opción es mejor y ofrece más beneficios?
Lo que sabemos sobre el entrenamiento en ayunas es que en ese momento los depósitos de glucógeno estarán casi agotados, por lo que tu cuerpo usará la grasa como sustrato energético. De todas formas, por el momento no hay evidencias de que esto ayude a quemar más calorías si no tienes un déficit calórico.
La verdad es que más allá de si entrenas en ayuno o no, la mayor diferencia parece hacerla el tipo de entrenamiento que haces. Si realizas entrenamiento de alta intensidad, no parece haber diferencia entre entrenar en ayunas o habiendo comida, consiguiendo una oxidación de lípidos similar según las investigaciones al respecto.
En cambio, si lo que realizas es un entrenamiento de fuerza o de velocidad, sí que puede que notes diferencias. Parece que entrenar en ayunas favorece el aumento de hormonas relacionadas con nuestro apetito y rendimiento. De igual manera, en entrenamiento de baja intensidad también parece favorecer la quema de grasas. En cualquier caso, parece que los deportistas con más experiencia son los que más se benefician de esto, así como las personas con obesidad.
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